El flamante secretario del Papa



En los últimos meses ha causado furor en Europa. Se llama George Gaenswein, es asistente desde el 2003 cuando era Cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y le siguió al palacio Apostólico al convertirse en Benedicto XVI. Nacido en 1956 en Riedern am Wald, pueblecito de la Selva Negra alemana, fue monitor de esquí. Juega al tenis y es piloto de vuelo además en su juventud le gustaba escuchar a Cat Stevens y Pink Floyd, cuenta que odiaba estudiar derecho canónico y le gusta tocar el clarinete. Estudió en el seminario de Friburgo. Antes de ingresar con 20 años en el seminario  estuvo durante tres años con una novia, a la que plantó para meterse a cura. La ex novia se llama Gaby Schätzle está casada. Al preguntársele sobre su relación con Georg, pero ella ha respondido: "ese es un asunto del que no deseo hablar". Ordenado sacerdote en 1984, se doctoró en Derecho Canónico por la Universidad de Munich en 1993. Dos años después, se instaló en Roma, donde desarrolló su labor primero en la Congregación del Culto Divino y luego en la de Doctrina de la Fe. También enseñó Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, gestionada por el Opus Dei, prelatura de la que no es miembro.

Tiene el secretario del Papa reputación de ser un brillante teólogo y un organizador eficiente, pero en el imaginario romano esas virtudes acaban opacadas por sus facciones casi perfectas. Alto (mide 1,80), de cabello rubio oscuro y porte atlético, Georg Gaenswein, que tiene ahora 54 años, posee un pasado deportivo en su país.

Sumamente discreto, resulta inevitable que caiga sobre él la atención mediática. La prensa italiana llegó a bautizarle como "el George Clooney del Vaticano", cuando empezó a vérsele junto al Papa, La prensa italiana le ha apodado también il bello Giorgio –los anglosajones juegan a traducirlo por Gorgeous George–, y la revista rosa Chi le dedicó en el 2006 una portada en cuya foto se le veía, raqueta en mano y en pantalón corto, jugando al tenis. Pero quien más abiertamente ha ensalzado el aspecto de monseñor Gaenswein ha sido Donatella Versace, que en los desfiles de moda masculina de Milán de enero del 2007 presentó una colección en la que camisas y chaquetas presentaban alzacuellos y largas botonaduras, como las de un traje talar. Y declaró que para ese estilo vagamente sacerdotal se había inspirado en el secretario del Papa. "Encuentro muy elegante la austeridad del padre Georg", arguyó Donatella Versace.


Siempre cerca, siempre atento, siempre pendiente del menor detalle: ayudando al Sumo Pontífice a mantener el equilibrio cuando sube o baja del vehículo papal, colocándole la estola antes de cada ceremonia, continuamente hablándole al oído, controlándole el tiempo en las audiencias privadas y en las entrevistas con la prensa, acompañándolo en sus retiros vacacionales en Castelgandolfo. Todo, absolutamente todo lo que tenga que ver con las actividades personales del Papa pasa por sus manos y por su severa aprobación.


La relación entre el Papa y su “joven” secretario es tan cercana y poderosa, que en más de una ocasión se ha llegado a hacer algún comentario mordaz. “¿No es demasiado estrecha?”, se preguntan unos.


Tiene fama de ser muy devoto, muy severo y… muy guapo. Él se define como “suave en las formas y duro en el fondo”, un hombre para quien la paciencia no es uno de sus fuertes. Pero, ¿quién es en realidad Georg Gänswein? En una insólita entrevista publicada hace 3 anios  en la revista dominical XL Semanal del diario español ABC, el “chico bronceado con sotana”, como ha sido calificado por la prensa italiana, habló por primera y quizá por única vez, acerca de la vida que lleva en El Vaticano.


Testigo de varios momentos de la vida del pontificado de Benedicto XVI monseñor Gänswein revela: “Yo llegué en el momento en que los cardenales se arrodillaban uno tras otro ante él en la Capilla Sextina y le juraban lealtad y obediencia. Su rostro estaba casi blanco como la nueva sotana y el pileolus que llevaba en la cabeza. Parecía estar enormemente conmovido”.

Cuando el Papa lo invitó a colaborar a su lado en su nueva encomienda, Georg Gänswein asegura que su antecesor en el mismo cargo, monseñor Stanislaus Dziwisz -actual arzobispo de Cracovia-, puso en sus manos un sobre que contenía varios papeles confidenciales y la llave de una vieja caja fuerte de fabricación alemana y le dijo: “Lo único que puedo decirte es que el Papa no puede sentirse nunca ahogado por nada ni por nadie. Cómo conseguirlo es algo que tendrás que descubrir por ti mismo”. Y punto. Esa fue toda su formación dentro de la etiqueta pontificia.

Asiste a la misa que cada día, a las siete de la mañana, celebra Benedicto XVI en su capilla privada del palacio Apostólico. Tras la misa y el desayuno, ambos repasan prensa, correspondencia y documentos, antes de que den comienzo las audiencias papales o las ceremonias litúrgicas previstas.

En su papel de secretario personal del Papa, monseñor Gaenswein reside en el palacio Apostólico, al igual que el segundo secretario, el maltés Alfred Xuereb, y otras personas que se ocupan de la intendencia pontificia. 
 Su aspecto de actor de cine llama la atención de muchos observadores. De hecho, cuando en el 2006 Benedicto XVI posó para un calendario benéfico, la cómica italiana Luciana Littizzetto, estrella del humor televisivo, sentenció: "Si el calendario lo hubiera hecho el padre Georg, seguro que se vendía más".

Sobre su papel de símbolo sexual, el padre manifiesta que «al principio esos comentarios me sorprendieron e incluso me irritaron un poco, no sabía cómo actuar. ¿Debía fingir que no veía ni oía nada? Al final los he ignorado y con el tiempo me he acostumbrado".

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