Vientos de cisma en la Iglesia Presbiteriana de Escocia, gracias a la teología gay

El bastión presbiteriano  en Escocia está a punto de dividirse. El asunto no deja de ser delicado para esa Iglesia fundada por John Knox en el siglo XVI. El Presbiterianismo es una rama del Protestantismo que tiene sus raíces doctrinales en el Calvinismo e institucionales en la Reforma Protestante en Escocia.

La situación que vive la iglesia Presbiteriana es muy claro y es el mismo que ya vivieron los anglicanos, los episcopalianos, los luteranos y los presbiterianos de Estados Unidos, la ideología de la teología  gay u homosexualismos teológico  está empezando a mermar las filas de la Iglesia Nacional Escocesa, la que popularmente se conoce como  “The Kirk”

Rv. Scott Rennie, la manzana de la discordia
En el 2009 la Asamblea General Presbiteriana, que es el máximo órgano de dicha Iglesia, en una votación donde  326 contra 267 decidió que  estaban  favor  de que el Párroco Scott Rennie, un sacerdote homosexual  activo y declarado , que estuvo casado cinco años con una mujer, tuvo una hija, se divorcio y anuncio tener una relación homosexual.

Aquella ocasión la Asamblea pidió que no se repitiera el caso.  Por lo que ese mismo año la Iglesia propuso un estudio que en calculaba que en caso de aceptarse más pastores homosexuales, una cuarta parte del clero y un 20% de la feligresía (sobre un total de 445.000 fieles y 984 ministros) podrían irse de esta Iglesia de doctrinas calvinistas, fundada por John Knox en 1560.

En días pasados se eligió a la nueva coordinación general de la Asamblea, con esta nueva cúpula directiva, la Asamblea de la Iglesia de Escocia abrió la puerta el lunes con una votación al clero gay, permitiendo que personas con relaciones homosexuales sean elegidas como ministros o diáconos. Específicamente, elimina la prohibición de ordenar y entrenar pastores y ministros que mantengan relaciones con alguien del mismo sexo o a gays y lesbianas en uniones civiles. Y planea revisar el tema en 2013 y debatir ese año sobre si el clero de la Iglesia puede bendecir ritualmente las relaciones homosexuales.

Rv. Randall, principal opositor
El grito en el cielo lo pusieron los  presbiterianos conservadores que obviamente protestan: el reverendo David Randall calificó la decisión de "caballo de Troya del liberalismo", que "abre la puerta al revisionismo de facto", mientras que el reverendo Louis Kinsey afirmó: "la Iglesia de Escocia ha decidido seguir la cultura moderna y no la Escritura". Y el reverendo Graham Nash afirmó que hay cristianos con tendencias homosexuales que no creen que las prácticas homosexuales deban ser apoyadas o admitidas. "Conozco personalmente a muchos cristianos homosexuales que encuentran muy difícil o imposible reconciliar su orientación con su entendimiento de los propósitos de Dios", afirmó.

El reverendo Jim Simpson, moderador de la Asamblea General, temiendo un cisma (costumbre muy presbiteriana) animó a "continuar escuchando y hablando en el seno de la Iglesia; pase lo que pase, manténganse con nosotros". 

Puede ser importante para los escoceses ver lo que sucede con los presbiterianos de EEUU que hace unas semanas se encontraron con la misma división. Y, por otro lado, la opción católica está muy viva en el Reino Unido, donde casi mil fieles anglicanos, 5 obispos y 60 clérigos de la Iglesia de Inglaterra han entrado este año en el Ordinariato anglocatólico, en plena comunión con Roma y el Papa.

En los últimos años, la "Kirk" no sólo ha dejado de ser la Iglesia hegemónica sino que se ha hundido en caída libre. En un país con 5,2 millones de habitantes, los herederos de John Knox ya sólo cuentan con unos 445.000 fieles, 984 ministros y 1.180 parroquias (datos de su Asamblea General de 2010 y de 2011), mientras el catolicismo, que antaño sólo sobrevivía (sin clero y perseguido) en islas gaélicas como Barra y Uist, cuenta hoy con 667.000 fieles (aunque van a misa con asiduidad solo 185.000) y 740 sacerdotes y crece con la llegada de inmigrantes jóvenes en una sociedad envejecida como la escocesa (59.000 nacimientos al año, la mitad fuera del matrimonio, el 14% de madre extranjera, frente a 54.000 defunciones anuales).

En fin, Roma deberá preparar quizá otro Ordinariato pero Presbiteriano ante el nutrido grupo de personas, que quizá se pasen del lado católico.

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