La figura del Cardenal George
Pell en Australia ya estaba desgastada. Su silencio sobre los casos de
Pederastia clerical polarizo el ambiente, más aun las recriminaciones de las
victimas contra la opacidad del Cardenal, quien de hecho se la vivía en Roma
desde enero de este año, ayudando a su amigo Francisco en la limpia de la
Iglesia.
Desde finales de 2013 ya se sabía que el Cardenal George Pell dejaría
Australia. Y es que ya no podía con el paquete de gobernar la Iglesia particular
de Sydney, por su importante encomienda en el Vaticano, era pesado tener que
pasarse casi un día de vuelo para ir de Roma a Sydney y viceversa por lo menos tres veces al mes y
hasta mas.
Y es que el pupilo de Monseñor Thomas
Francis Little ya no podía atender
su cargo como Cardenal Arzobispo de Sydney, y como es bien sabido el
dicho que quien sirve a dos señores con
uno queda mal, pues parecía que estaba quedando mal con su arquidiócesis.
El trabajo era tan intenso que los dos obispos
auxiliares, Monseñor Terence Brady y
Peter Comensoly, este ultimo nombrado Administrador apostólico a la salida de
Pell, no se daban abasto, sobretodo en el momento de decidir, tenían que
estar comunicándose a Roma con el
Cardenal, quien se encontraba mas atareado en
arreglar los asuntos del Vaticano que en los de su propia casa. Todo se
detuvo cuando este dejo definitivamente para atender su llamado en el Vaticano
como responsable de la economía vaticana. Hubo dos opciones mas, nombrar un
Arzobispo coadjutor con derecho a sucesión o nombrar dos obispos mas, pero la
popularidad de Pell se fue en picada luego de sus alocuciones a la prensa sobre
lo que pensaba de los Sacerdotes abusadores, muchos de ellos encubiertos por
el.
Hace semanas cuando se corrió el
rumor del nombramiento del sucesor de Pell se especulaba que su sucesor seria
el mismo Obispo auxiliar Monseñor Peter Andrew Comensoli, quien de hecho quedó como Administrador Apostólico, y quien
es el mas joven de los Obispos auxiliares, con 50 años y hombre de confianza
del Cardenal George Pell, pero no fue así, Pell promovió a otro de sus pupilos,
al dominico Anthony Colin Fisher, quien hasta ayer se desempeñaba como Obispo
de Parramata Australia, y quien durante siete años colaboro con Pell en Sydney como Obispo
auxiliar.
Monseñor Fisher tiene
54 años y es catalogado por la
prensa australiana como un jovial y buen
Obispo con tan solo 23 años de Sacerdote y 11 de Obispo ha
logrado permear entre los católicos
australianos, abogado de
profesión y religioso por vocación llega al Arzobispado de Sydney en un momento
de crisis en la iglesia australiana, con la consigna de poner en orden todo, sobretodo con las víctimas, y es uno de los nuevos perfiles, en ascenso, en el
ajedrez cardenalicio en el futuro de la
pujante Iglesia en Oceanía.
Pell terminó su
idilio de servicio como Arzobispo extra curial a principios de este año,
primero como auxiliar y luego como Arzobispo de Melbourne, para en 2001 pasar a
ser Arzobispo de Sydney, nombrado Cardenal en 2003 a los 62 años, y desde
febrero de este año como miembro de la Secretaria de Economía del Vaticano.
Pell entra a ser parte de la complicada,
estrecha y selecta Curia Vaticana, si esa Curia que pretende reformar
Francisco, de hecho llego a apoyar a Francisco.