Apatzingan: el nuevo obispo y los retos que se presentan


El nombramiento del nuevo Obispo de Apatzingan levanto ampulas en esa jurisdicción eclesiástica ubicada en el sur del estado mexicano de Michoacan. Al  parecer un numeroso sector del Presbiterio no esperaba un Obispo nombrado de una zona conservadora, mas bien esperaban un Obispo nacido en  Michoacan y conocedor de la realidad, como los otros tres anteriores.


La diócesis de Apatzingan fue erigida el 30 de abril de 1962. Actualmente cuenta con poco mas de 63 Sacerdotes y  con casi 30 parroquias. Han pasado 3 Obispos por ella. Su primer Obispo fue Victorino Alvarez Tena del clero de Morelia y quien después fue trasladado a Celaya, le sucedió José Fernández Arteaga originario de Michoacan pero del clero de Tulancingo, quien después fue Obispo de Colima y  luego Arzobispo de Chihuahua. El último Obispo fue Miguel  Patiño, ordenado en la Congregación Misioneros de la Sagrada Familia a los 24 años y también originario de La Piedad.

La diócesis de Apatzingan es una diócesis difícil, con sus luces y sombras como cualquier iglesia particular. Su Obispo anterior a pesar de que  mantenía  amistad con personas non gratas  mal vistas por el presbiterio y por los laicos, valientemente denuncio el acoso que recibían sus Sacerdotes, mas por presión del clero que por iniciativa propia, eso desencadeno  la furia  por parte de los hombres de la mafia al grado que el mismo Obispo tuvo que  despachar unos días en una base militar y después abandonar por un tiempo la diócesis, hasta no asegurar su vida por las constantes amenazas, eso hizo que el Vaticano aplazara el nombramiento de su sucesor unos meses, hasta no ver que la situación en la región se calmara, cosa que hasta la fecha  no ha sucedido, sobretodo por la ingobernabilidad de la zona.

El Obispo electo de Apatzingan se llama Cristobal Ascencio, del clero de la diócesis de San Juan de los Lagos. Nadie duda que la mano del Obispo de Zamora Javier Navarro, ex Obispo de San Juan de los Lagos se haya hecho evidente en los nombramientos para la diócesis de Apatzingan  y Tacambaro, ambas diócesis  con presbiterios rebeldes y conflictivos como Zamora.

Cristobal Ascencio prestó por muchos años sus servicios en parroquias y en la Curia de San Juan de los Lagos, posteriormente fue requerido como Rector del Seminario, sucediendo al controvertido Padre Wario. En el Presbiterio de San Juan es muy conocido y respetado, al grado que el Obispo Javier Navarro lo nombró en el año 2000 Exorcista de la diócesis, gracias al gran conocimiento que tiene en ese campo.

El año pasado se escuchaba en los pasillos diocesanos de su eventual salida como rector para irse de Obispo, pero  a su salida del Seminario fue nombrado Párroco de  San Francisco de Asís (por unos meses)  en la ciudad de Tepatitlán de Morelos. Tiene 59 años y nació en el rancho del Josefino de Allende, en Jesús María Jalisco.

Tiene una basta experiencia pastoral, es el prototipo de Obispo que Francisco esta urgiendo para renovar a la Iglesia, tiene experiencia y es pastor. Estudio la licenciatura de Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana en Roma de 1986 a 1989. De 1989  y hasta el año 2000 fue formador del Seminario, posteriormente fue nombrado párroco del Espiritu Santo  y a la par Juez del Tribunal Diocesano, en el año 2010 fue nombrado rector del Seminario  cargo que ocupo hasta el 6 de agosto de 2014.

Tres son los retos principales que tendrá que enfrentar este nuevo Obispo: vocaciones: reforzar las vocaciones, pocas y diezmadas por la violencia, el testimonio sacerdotal y la problemática actual de la zona, en segundo lugar la unidad y obediencia sacerdotal, en una diócesis en que los cotos de poder son evidentes y donde la obediencia al obispo  es literalmente ignorada por algunos, puesto que  son varios los sacerdotes  que como señores feudales hacen lo que les place en las parroquias que por años han sido asignados, sin obedecer al obispo y tercero la revitalización laical tan urgente y necesaria.

Sin duda el Obispo Cristobal recurrirá a la Gallina de los  huevos de oro, su diócesis madre, para pedir apoyo de Sacerdotes misioneros y porque no uno que otro Seminarista que quiera ir a servir a esa zona de Michoacan tan necesitada de pastores cercanos  y con olor a oveja.