San Luis Potosí: una iglesia clericalmente podrida y un Arzobispo debil


La Iglesia de San Luis Potosí deja mucho que desear. Cada día  pierde feligreses, y el negocio de las sectas esta haciendo de las suyas en todos los rincones de esta Arquidiocesis creada en 1854 y elevda a rango arzobispal en 1988. 


La crisis se acentua cada día  que pasa gracias a la falta de liderazgo  del Arzobispo Carlos Cabrero Romero, quien llego a San Luis  en el 2012. 

Cabrero Romero no ha tenido los pantalones suficientes para poner en cintura a un clero mal acostumbrado, ni tampoco para enfrentarse a los lobbys que gobiernan la arquidiocesis, mucho menos para poner en su lugar  a los dos arzobispos emeritos, Arturo Sysmansky y Luis Morales Reyes dos obispos ligados a la masoneria, encubridores de curas pederastas  y viejos lobos de mar en las relaciones con el gobierno.

Parece como si  a Cabrero Romero le ha quedado grande el saco de Arzobispo. Se suponía que  conocía bien el teje y maneje arquidiocesano, el plan de su principal promotor, el todopoderoso Cardenal Javier Lozano era  ser primero obispo de Zacatecas, otra diócesis dificil, para luego dar el salto a la arquidiocesis. En Zacatecas tan solo duró cuatro años, pero no fue así, Cabrero Romero se perfila en la lista de los Obispos inútiles que en vez de ayudar a la Iglesia entorpecen la labor evangelizadora.

Los lobbys controlados por los arzobispos emeritos hacen de las suyas y le comen el mandado al actúal arzobispo, aparte la numerosa cantidad de sacerdotes homosexuales y de casos de pedofilia hacen  que la situación en esta arquidiocesis sea una bomba de tiempo, que no tarda en explotar.

MIentras tanto Roma no pone atención en esta y otras diócesis mexicanas. 

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