Hermosillo y el reto del nuevo Obispo




Los católicos de Hermosillo amanecieron con una grata sorpresa. Una noticia que les trae alegría, luz y esperanza a una iglesia particular golpeada por el cinismo  de quien se hacía llamar su Arzobispo y que por veinte años mal gobernó la arquidiócesis.


Hermosillo es una iglesia particular que fue erigida el 7 de mayo de 1779, el 13 de julio de 1963 fue elevada al rango de arquidiócesis, siendo su primer Arzobispo José María Navarrete y Guerrero.

La descomposición clerical ha ido en aumento en los últimos diez años de gobierno del recién renunciado (por edad) Arzobispo  Ulises Macías Salcedo quien fue promovido al episcopado por quien fuera su Obispo: Anselmo Zarza Bernal quien por 26 años gobernó la diócesis de León. Macías fue promovido a  la sede de Mexicali siendo su segundo Obispo, ahí duro  12 años., tiempo suficiente para perfilarse como un Obispo dinerero, socialité,  mujeriego y amante de los juegos  estilo las Vegas, aparte de su adicción al alcohol, en pocas  palabras un Obispo light y mundano, lejos de los que la Iglesia pide y necesita.

Desde hace varios  meses la difícil situación se ha venido agudizando en Hermosillo, la mayoría de los laicos de a pie y muchos sacerdotes estaban molestos por la manera de gobernar pastoralmente del Arzobispo, situación que se ha visto mermada en la baja de vocaciones al Sacerdocio, la alta deserción de los Sacerdotes de la arquidiócesis y la bancarrota de la Arquidiócesis  perpetuada por la mala administración de la Curia.

Los cotos de poder enraizados desde hace 20 años lograron su cometido a lo largo del tiempo, posicionados en parroquias clave, cargos importantes y tapándose la doble vida que llevaban la mayoría de los Sacerdotes miembros de la Curia y del Presbiterio, persiguiendo a sus delatores, a los Sacerdotes que se empeñaban en hacer las cosas bien, los cotos o lobbys hacen y deshacen, con la anuencia del Arzobispo, pareciera como si los dirigentes de los cotos de poder conocieran las debilidades del Arzobispo y por esa razón lo tuvieran maniatado obligado a hacer lo que a estos les plazca.

La diezmada arquidiócesis que recibirá el  otrora obispo Ruy Rendon Leal del grupo Monterrey de 62 años es una labor titánica, si bien Rendon es un Obispo que se maneja a discreción y tras bambalinas sabe en realidad a lo que va, y lleva consigo todo el apoyo de su mentor y promotor, el Cardenal Robles, quien ahora lo promueve al máximo grado episcopal, pero en una situación que bien vale un reto, ya que los lobos temerosos  de Hermosillo se organizan para  esperar como manipular al nuevo Arzobispo.

Ruy Rendon Leal es del clero de Monterrey, varios de sus maestros son ahora Obispos, es el cuarto Obispo promovido por Robles, fue consagrado a la edad de 51 años  en 2005 y promovido a la Prelatura de El Salto en Durango, la cual siempre se ha caracterizado por ser dirigida por religiosos, anteriormente un Carmelita Descalzo (Ob. Francisco Medina) y hoy el franciscano Juan Manuel Huerta. En 2011 fue trasladado a Matamoros para suceder al Obispo Faustino Armendariz quien había movido cielo mar y tierra para que lo sacaran de dicha diócesis por supuestos conflictos con el narcotráfico, y el alfil del Cardenal Robles fue promovido en su diócesis sufragánea, logrando así un excelente trabajo que hoy es premiado con el rango de Arzobispo.

¿Porque no Faustino Armendariz? mucho tiempo atrás se especuló, incluso en Roma la llegada  y promoción de Obispo de Querétaro a Hermosillo, si bien es un Obispo salido del clero de dicha arquidiócesis, estudiado en Guadalajara y promovido por el mismo Robles a quien conoció en sus arengas estudiantiles en el Seminario de Guadalajara y después en Roma. Si bien Armendáriz no es del Grupo Monterrey (GM) goza de la simpatía de este grupo y principalmente de Robles Ortega de quien son amigos. Los Obispos de la región no votaron por Armendáriz por que  no tiene tacto ni gobierno para una diócesis difícil como lo es Hermosillo, no pudo con Matamoros por miedo e incapacidad pastoral ante la situación del narcotráfico en una ciudad tan azotada, menos con una diócesis con problemas delicados como lo es Hermosillo.

En una reunión entre Obispos mexicanos se comentaba que si Armendáriz era el favorito para Hermosillo, no sería este el candidato idóneo a lo cual un obispo  muy allegado al GM afirmaba que nadie seria profeta en su tierra por lo que Armendáriz no podría con el paquete, y que el cargo solo le serviría para su promoción al palio arzobispal, algo que indirectamente lo quiere. Para Armendariz, la promoción puede esperar, aunque ya lleva 5 años en Queretáro con un trabajo no muy bien aceptado entre el clero y los feligreses por figurarse como un Obispo socialité que poco a poco ha ido poniendo en práctica la propuesta Bergogliana de  hacer lio.




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