China y Vaticano, relaciones discretas y condicionadas





Bergoglio se alista con la joya de la corona de su pontificado. El anhelo de Francisco no es América, África o Europa, es Asía y en especial China. Y desde el inicio de su pontificado ha iniciado este trabajo difícil.


Bergoglio mantiene un equipo diplomático paralelo para lograr convencer a China de las relaciones con el Vaticano y dejar que la Iglesia católica trabaje libremente. Pero China no ha cedido durante años, en los pontificados anteriores ha habido  una serie de malos entendidos mismos que deterioraron la relación con el Vaticano. A esto hay que agregar

Los jesuitas llegaron a China en 1582, encabezados por Mateo Ricci y desde esos tiempos  hicieron una importante labor misionera, pero al crearse la República Popular China salieron del País.

Las relaciones entre China y el Vaticano son complejas y a la vez cercanas, en estas los jesuitas han jugado un papel primordial. Bergoglio tiene dos alfiles que están moviendo bajo el agua la maquinaria diplomática para  poder entablar  las relaciones, son el Cardenal Pietro Parolin quien ha sido experto en las relaciones con China, el otro de los alfiles del Papa es Adolfo Nicolas el superior de los jesuitas quien tiene una basta experiencia sobre la Iglesia en Asia, en especial en China.

A lo largo de los últimos años ha habido una serie de  acercamientos entre ambas partes por ejemplo cuando Bergoglio fue elegido Papa la  portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, dijo:

"Felicitamos al obispo de Argentina por convertirse en el nuevo Papa. Esperamos que la Iglesia romana, bajo el liderazgo del nuevo Papa, pueda colaborar con China, hacer esfuerzos conjuntos y crear condiciones favorables para mejorar las relaciones entre ambas partes".  Esta felicitación motivo a Bergoglio para poder llevar a cabo el sueño jesuita de llegar a China.

¿Qué es lo que molesta a China? dos cosas molestan a China, el reconocimiento de Taiwán como Iglesia separada de China y el nombramiento de Obispos por parte del Vaticano en territorio chino, porque el gobierno chino afirma que no aceptan que otro estado nombre autoridades en su territorio. Estos dos obstáculos deben ceder de algunas  de las dos partes. 

En las últimas semanas el Vaticano se había congratulado de las relaciones con China, incluso el mismo Cardenal Parolin lo contó en la reunión de septiembre con los nuncios. El Papa sabe que las relaciones van viento en popa. Incluso se comentó en esa reunión de diplomáticos del Vaticano de primer nivel que el acuerdo entre ambas partes se daría a conocer antes de año nuevo.

El caso es que las relaciones China - Vaticano van viento en popa, y esto es gracias a la labor de la Compañía de Jesús, quizá la única orden religiosa católica vista con buenos ojos por parte de los comunistas chinos.

Por eso Francisco tiene agenda abierta con China, si ellos deciden ver al Papa hoy, el Papa hoy mismo estaría viajando a China. Al parecer el sueño de los jesuitas se cumplirá en este pontificado. 

Comentarios