México: Carlos Aguiar, de Obispo principe a Obispo de los pobres




Para muchos el nombramiento del Arzobispo de Tlalnepantla como Cardenal fue un retroceso en la Iglesia en México. Debido al historial de este personaje. Quienes conocen o han convivido con Carlos Aguiar Retes (CAR) dan fe de la manera de actuar de este prelado mexicano.


Contados son los medios que dieron cobertura a este acontecimiento. Si hacemos una especie de medición podemos darnos cuenta del sinsabor que produjo este nombramiento al interior de la Iglesia en México fue emblemático, a diferencia de cuando fueron anunciados los nombramientos de Rivera, Sandoval, Robles y del mismo Suarez. CAR pertenece a una generación de obispos arribistas que han ido copando posiciones pulso a pulso a costa de lo que sea. Su relación con  políticos del PRI y del PAN lo ponen en una hegemonía interesante, es por eso que algunos piensan que quiera catapultarse (y que sea) el candidato natural para suceder a su rival (en ideas) Norberto Rivera. Por  esa razón se posiciona  como uno de los favoritos para  ostentar la joya de la corona.

El caso es que si Francisco confío en CAR para nombrarlo Cardenal  es por dos cosas, lo solapa de todo lo que ha hecho o simplemente Bergoglio está mal informado de lo que sucede en las periferias y no conoce de verdad a sus colaboradores, entonces Bergoglio no gobierna la Iglesia y quienes  lo promovieron ( a CAR) es por intereses de la mafia vaticana que desde luego sigue gobernando en la Iglesia. Mientras Bergoglio se divierte con lo de la opción preferencial por los pobres.

Sin temor a equivocarme quien quiera puede preguntar a cualquiera de los Curas de Texcoco y Tlalnepantla  si el neo Cardenal ha sido un buen pastor. Desde luego se llevaran gratas sorpresas. 

Aguiar logró el mismo camino que su protector, el arribista Cardenal Suarez Rivera, a quien solo le importaba codearse con ricos, el fue quien lo promovió al episcopado siendo ya Arzobispo de Monterrey, y quien Aguiar conoció cuando Suarez era Obispo de Tepic. A CAR lo promovió para la diócesis de Texcoco, para suceder a Camerino Torreblanca quien gobernó con autoridad y celo pastoral, al grado que hoy en día muchos Sacerdotes de esa y otras diócesis recuerdan el legado de don Came.

Aguiar es un Obispo acomplejado. Su sueño no es ser Cardenal para servir, sino ser Cardenal para tener poder, muy al estilo de los príncipes medievales, por eso  ha tendido su red para con políticos y empresarios, mientras que entre sus colegas, los sacerdotes  solo les tiende la mano cuando el puede beneficiarse de algo, o si alguien está en su contra lo busca hasta prácticamente eliminarlo de su camino y de su vista, y esto  se puede corroborar hasta con los mismo Obispos quienes le dieron la espalda por sentirse traicionados durante su mandato como presidente de la CEM.

La cosa suena extraña, que de ser un Obispo arribista y príncipe se convierta en Obispo paladín de los pobres y promotor de la evangelización de las periferias, ¿quién cree esto?. Por lo pronto el único freno natural para CAR es el mismo grupo Monterrey quien servirá como freno a este neo cardenal trepador, lo que provocará que CAR busca el anhelado servicio (poder) en la Curia Vaticana. En fin, muchos obispos arribistas tiene México, el cielo ampare a la Iglesia.

























































































































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