Recordemos que se hacen llamar "Llamado a la desobediencia" ,movimiento clerical nacido en Austria y ahora con ramificaciones importantes en Irlanda, Alemania, Francia y Eslovaquia. No faltan los simpatizantes en América Latina, EE.UU. y Australia. El Papa teme un cisma , apoyado por cientos de curas y un grupo de obispos. Desde hace varios meses se viene gestando un movimiento que al principio muchos pensaron que solo iba a ser local, pero ni sus iniciadores pensaron que no solo iba a traspasar las fronteras de Austria, sino brincaria a otros continentes, donde miles de personas laicos y consagradas les han reafirmado su apoyo y total adhesión. Tan solo en la Irlanda conmovida por los escándalos de pedofilia de parte del clero y el choque abierto entre el Papa y el gobierno de Dublin, son 600 los sacerdotes que adhieren al "Llamado a la desobediencia". Fue tan grande el alboroto que el pasado 23 enero, los principales obispos austríacos fueron convocados a Roma para hablar del tema con las autoridades de la Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia.
El cardenal Schoenborn está en contra de la "Iniciativa de los párrocos", pero hasta ahoraguarda un silencio en torno a las presiones desde dentro de la Iglesia local y de las congregaciones vaticanas para que comience a dar el escarmiento que merecen los rebeldes porque bien sabe que "las sanciones serían contraproducentes", teme el peligro de un cisma. El Lutero austríaco afirma que "nosotros queremos quedarnos dentro de la Iglesia y la Conferencia Episcopal debe abrir un diálogo teológico estructurado" con el movimiento rebelde, lo que equivaldría a una legitimación institucional. Por el contrario, los conservadores, numerosos en Austria y hegemónicos en el Vaticano, reclaman "medidas canónicas sancionatorias".
Los "desobedientes", equivalente en versión sotana de los "indignados", reclaman terminar con el celibato obligatorio, permitir la comunión de los divorciados vueltos a casar, imponer el sacerdocio femenino, darle a los fieles laicos un rol más importante en la eucaristía, permitiéndoles predicar y administrar los sacramentos sin una misa cuando no hay sacerdotes, además de ordenar a los "Viri probati", fieles casados y con hijos de probada fe que puedan convertirse en sacerdotes sin renunciar a su familia. Y respetar a los homosexuales, bendiciendo las uniones.
Por lo que los Párrocos vuelven a hacer un lamado a la desobediencia:
PROTESTA
POR UNA IGLESIA MÁS CREÍBLE
Desde aquella 'Llamada a la desobediencia' en la que nos comprometimos a dar muestras de nuestra propia responsabilidad en la renovación de nuestra Iglesia, hemos recibido manifestaciones de acuerdo y apoyo de todas partes, tanto de nuestro país como del extranjero, salvo en lo que respecta a los obispos: primordialmente silencio y, en algunas ocasiones, violento rechazo. Frente a la actual penuria de parroquias y una actividad pastoral bajo la presión de la escasez de sacerdotes y su avanzada edad, decimos una y otra vez NO:
1 Decimos NO cuando nos piden que nos ocupemos cada vez de más parroquias adicionales porque solo seríamos celebrantes itinerantes y dispensadores de sacramentos para personas que carecen de un adecuado cuidado pastoral. Nos oponemos a hacer una aparición fugaz en distintas localidades sin poder encontrar ni ofrecer un hogar espiritual y emocional.
2 Decimos NO a presidir cada vez más eucaristías de fin de semana porque una cantidad excesiva de servicios y homilías se traducen frecuentemente en rituales superficiales y sermones rutinarios, perdiendo fuerza los encuentros, el discurso y el trabajo pastoral.
3 Decimos NO a la unión o al cierre de parroquias cuando no se puede nombrar a un párroco. En estos casos, es la escasez la que manda en vez de cambiar las normas nada bíblicas de la Iglesia para hallar una solución a la escasez. La ley está hecha para las personas, no al revés, maxime la ley de la Iglesia que solo está para servir al pueblo.
4 Decimos NO a la sobrecarga de trabajo del párroco al que se le pide que cumpla con numerosas tareas, lo que impide disponer del tiempo y la energía para tener una vida espiritual, y al que se le pide que siga trabajando muchos años después de la edad de la jubilación. Esta demanda excesiva de trabajo repercute en una menor eficacia de su ministerio.
5 Decimos NO cuando el derecho canónico emite un juicio excesivamente duro y sin piedad hacia los divorciados que osan volver a casarse, las parejas del mismo sexo que viven en familia, los sacerdotes que, rotos por el celibato, han iniciado una relación y hacia tantas personas que siguen su propia conciencia antes que una ley hecha por hombres.
Debido a que el silencio suele interpretarse como aceptación y porque queremos ser fieles a nuestra responsabilidad como sacerdotes y pastores, hemos tenido que expresar estos cinco puntos de Protesta. Una 'protesta' (‘pro teste’, en latín) es literalmente un 'testimonio para' la reforma de la Iglesia, también para nosotros los pastores que queremos ser. La ausencia de alegría con la que se dirige hoy la Iglesia no es un buen testimonio del 'gozoso mensaje' que nos debe motivar. Porque "no queremos ser dictadores sino compañeros de trabajo para traeros la alegría" (2 Cor 1:24).
Creo que es cierto que a veces se exige demasiado de quienes son ministros de culto, y es cierto que también cada vez escacean más las vocaciones a la vida consagrada y al ministerio ordenado. Pero no estaremos intentando curar la enfermedad con veneno, cuando se hicieron las reformas a la misa, se creyo que los templos se llenarian de fieles y cada dia comprobamos que pasa exactamente lo contrario. ¿No será que en el afan de adecuarse la Iglesia está perdiendo su propia identidad?
ResponderEliminarDejo respetuosamente la pregunta en el aire.