EL PAPA FRANCISCO EN COREA



Logo oficial de la visita Papal


Los medios de comunicación han hecho que la visita de Francisco a Corea tenga el eco esperado. Hasta la comunidad budista ha visto con buenos ojos esta visita. Una visita estratégicamente planeada de Francisco. 

Dicen los que conocen la historia de José Mario Bergoglio, que en su tiempo de seminarista jesuita una de sus prioridades era Asia. Y es que había quedado impactado ante la historia del numero dos de la fundación jesuita, Francisco Xavier, y es que como buen miembro de la compañía llevaba en la sangre ese amor por Asía, en los finales de su formación el joven Bergoglio había elegido ir a Corea, deseo que se vio frustrado gracias a su enfermedad del pulmón, lo que le valió que se lo extirparan y hasta la fecha viva con uno solo. Y es que los formadores del joven formando decidieron no enviarlo a Corea debido a su frágil salud. 

Francisco con la primer ministro Park Geun-hye

Hoy Bergogglio en calidad de líder mundial de los católicos visita Corea del sur, cumple un anhelo de juventud. Y la visita en tiempos de crisis de guerra mundial, y en medio del problema entre Corea del Sur y Corea del norte. Una visita espiritual y política a la vez.

Corea del sur no es un país cualquiera en Asia, de hecho es uno de los países de asiáticos que es potencia en lo que a catolicismo se refiere, que aunque solo el 10 % se considera católico el número de vocaciones y de bautizados ha ido en aumento. Miles de personas en los últimos años se han vuelto al catolicismo. Junto con Japón y Filipinas forma parte del nuevo renacer católico en Asia en las últimas décadas.

Francisco sabe el alcance mediático que puede tener el haber visitado a Corea del Sur, un país que vive dividido, el norte independiente y gobernado por comunistas y el sur apoyado por Estados Unidos militarmente. El anhelo de los surcoreanos y de Francisco es la reunificación, una reunificación pacifica, que implicaría la caída del actual régimen. Cosa políticamente imposible pero con fe posible dirían algunos.

El gobierno norcoreano ha seguido de cerca esta visita, incluso lanzó 3 misiles al mar a la par de que el avión de Francisco tocaba tierra en la península coreana, porque sabe que es una cachetada con guante blanco, sabe que podía ser el detonante de un movimiento unificador apoyado desde luego por las potencias occidentales. Este viaje serviría a Francisco para acercarse a China y visitarla, evangelizarla y llegar a una cuerdo, aunque China en los últimos meses ha desafiado al Vaticano ordenando Sacerdotes y Obispos y a los leales a Roma los ha encarcelado y ultrajado.

Francisco sabe que su primer viaje a Asia es importante, y no escatimo en decidir que primero a Corea, luego a Sri Lanka y Filipinas, son viajes importantes, tanto pastorales como diplomáticos, y la razón de elegir Corea es no solo para visitar a los miles de católicos que habitan en esa parte del mundo, sino para enviar un mensaje de unidad y de paz en estos momentos difíciles por los que atraviesa el mundo.

El viaje de Francisco termina este lunes 18, y aunque el Vaticano afirme que son 3 los ejes de esta visita: juventud, mártires y paz, hay también los intereses políticos. Desde hace 25 años no viajaba un Papa a Corea del Sur, y Benedicto XVI a pesar de las invitaciones prefirió otros destinos antes que Asia.

Y es que Asia se ha vuelto prioridad para la Iglesia, en especial Corea del Sur donde hasta ahora la institución tiene una solida base de credibilidad y aceptación, situación que no pasa ni en Europa ni en América.

Los Obispos pensaron que la visita de Francisco iba a ser buena si coincidía con el magno evento que año con año se realiza llamado la Semana de la Juventud Asiática, un encuentro que en los últimos años se ha vuelto importante, ya que reúne a delegaciones juveniles de 24 países del continente asiático.

Otro punto importante son los jóvenes, y Corea tiene bastantes, se podría decir que la Iglesia sur Coreana tiene un fuerte impulso juvenil, por eso la razón de reunirse de Francisco con los jóvenes y clausurar la semana de juventud.

Un hito importante en esta visita es la beatificación de 124 mártires, pilares del catolicismo sur coreano, quienes fueron perseguidos por su religión de 1791 a 1888 en tiempos en que el Confucionismo estuvo en su apogeo, y quienes fueron perseguidos y asesinados por no querer renegar de su fe, algo similar con lo que pasa en Irak.

El mundo católico asiático espera una visita Papal llena de esperanza, que pueda suavizar las relaciones entre las dos Coreas, relaciones que en los últimos años han sido tensas pero seguidas, donde el Sur pide al Norte al menos un momento al año para que familias divididas por la separación se encuentren y convivan por un tiempo, y en estos momentos las negociaciones están en pie, ya que se espera que Corea del Norte permita que se reúnan el 8 de septiembre, fecha que se conmemora el Chuseok.

Sin duda un viaje estratégico, inteligente y lleno de expectativas, muy al estilo Bergoglio.