IRAK: EL ARZOBISPO DE BAGDAD ES UNA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO POR LA PAZ



 
El Arzobispo de Bagdad y Patriarca de los Caldeos  Foto: ilvaticanese.it
Todo el mundo sabe que los cristianos iraquíes están pasando por una situación difícil. Cientos de muertos en los últimos años y las cifras aumentan en los últimos días.



El Arzobispo de Bagdad tiene muy en cuenta la terrible situación que están viviendo los  que no son musulmanes en esa ciudad de Iraq. Se llama Louis Rafael I Sako, tiene 66 años y se ordeno para la diócesis de Mossul, bajo el rito caldeo. El 22 de octubre de 2002 fue elegido por Monseñor André Sana para sucederlo al frente de la Arquidiócesis de Kirkut, cargo que fue confirmado después en 2003 año en que fue consagrado Obispo. Diez años después en enero de 2013  fue trasladado a Bagdad como Arzobispo, y también ostenta el cargo de Patriarca de Babilonia de los Caldeos. El cargo de Patriarca es equivalente a Cardenal en occidente.

Este Arzobispo le ha tocado vivir una serie de problemáticas difíciles, persecución, masacres y atentados no solo a los laicos sino también a sus Sacerdotes. En oriente es una personalidad valiente que alza la voz en medio del desierto.

El 5 de agosto pasado decidió enviarle al Papa Francisco una carta. Durante el desayuno su Obispo auxiliar Monseñor Saad Sirop le comento la posibilidad de  también enviarle esta carta a todos los Obispos del mundo, a través de las Conferencias Episcopales  y así se hizo. Ese mismo día ya estaba la carta leyéndose en Roma y en algunos países del mundo.
 
Obispos Caldeos  en Irak Foto: asianews.it

En la carta hace una condena de rabia hecha letras ante un mundo  que vive indiferente ante el sufrimiento de muchos católicos caldeos. En ella condena  el adormilamiento de la comunidad internacional ante esta masacre religiosa, donde el mundo es “ciego al mal y sordo al mundo de los inocentes”, también afirma que “de hecho, los discursos no sirven de nada, y tampoco los que repiten hasta la saciedad condenas y manifestaciones de indignación, y lo mismo puede decirse de las manifestaciones”, sobretodo en un mundo que vive como zombie  del consumo.

La  preocupación del patriarca de 66 años es latente, conoce muy bien la situación que vive todo Iraq, católico-caldeo de nacimiento pero Kurdo de raza, conoce el sufrimiento desde su niñez. Es un  Obispo inteligente, habla varios idiomas (9), entre ellos el italiano y el español, por eso la facilidad con que se comunica con el Papa Francisco. Estudio en Paris, en la Universidad de la Sorbona, de donde conoció a varios que hoy son Obispo y Cardenales, entre ellos Barbarin, quien hace días lo visito. Ahí se doctoro en Historia, en Roma se licencio en estudios Islámicos en el Pontificio Instituto de estudios Árabes e Islámicos, además de doctorarse en estudios Cristianos Orientales en Roma. Su labor pastoral es interesante, párroco, maestro, misionero y rector del Seminario.
 
Los niños iraquies, los mas afectados.  Foto: newscattoliche.it

Su basto conocimiento le  permitió redactar esa carta que envio al Papa, la cual la titulo “Los cristianos iraquíes afrontan una enorme tragedia”. El llamado que hace en esta carta al mundo occidental y a los católicos no es de hace unos días, sino de hace años, no es la primera vez en que el Patriarca hace énfasis de la catástrofe que sucede en Iraq. En el llamado que hace urge a una pronta intervención de la comunidad internacional y en ella afirma que si no se hace pronto, los católicos iraquíes desaparecerán.

Y es que el Patriarca siempre ha dicho que la problemática  de la persecución a los cristianos por parte de los Fundamentalistas árabes es gracias a la presencia de Estados Unidos en la región, y es que siempre Sadam Hussein  fuese como fuese siempre protegio a los Cristianos y a los católicos, de hecho antes de que fuera derrocado existían  casi 1.4 millones de cristianos en todo Iraq, pero desde la intervención de Estados Unidos y el derrocamiento de Hussein quedan solo 300 mil. Los radicales islámicos han avanzando por la zona, pretenden crear un estado Islamico en Siria e Irak y convertir todo el oriente en un gran Califato, muy al estilo del siglo VII.

El valiente Obispo hace un llamado al mundo, no solo a los católicos y al Papa, sino también a los lideres musulmanes moderados y a los políticos moderados, quienes en estos momentos temen por que los radicales fuertemente armados avancen, apoderándose de los territorios y obligando a los cristianos a convertirse al islam, y si no se convierten o se van o los matan, en la mayoría de los casos los han matado.

En la carta hace un énfasis, no solo oración sino también  acción en esa parte del mundo islámico, que  no solo abarca Iraq, sino Siria y Palestina.

Su labor es difícil, pero esta consciente de lo que hace y tendría dos opciones, abandonar a sus ovejas  e irse a otro lugar, o luchar hasta lograr atraer la atención internacional y quizá morir mártir, que al igual esta convencido  de lo que dijo Tertuliano, que la “sangre de los mártires es la semilla de la fe”.