México vive una situación de cabios estructurales (reformas). Los cuales vistos desde una optica internacional pareciera que se esta ofreciendo al País al mejor postor, el gobierno priista de Enrique Peña Nieto apoyados por el Partido Acción Nacional estan logrando en meses, los cambios que en 20 años atras no se pudieron hacer, a precios costosos pra el ciudadano de a pie.
Uno de los cambios es en la administración económica y ni las Iglesias se salvarán de esto. Y digase Iglesias, porque este cambio no solo es para la Iglesia católica sino para todos las Asociaciones Religiosas (AR)
La disposición que el gobierno ha dado a conocer a todas las asociaciones religiosas a traves de la oficina de asuntos religiosos es que a partir del primero de septiembre de este año todas las AR deberan de modernizar su contabilidad y deberan expedir comprobantes fiscales para cualquier tipo de donativo.
Esta disposición tomo por sorpresa a la Iglesia católica quien recibió con cierta molestia estas disposiciones de repente. Y es que el gobierno priista pretende que todas las Parroquias den comprobantes fiscales y tengan un control virtual de los egresos e ingresos a la Parroquia. O sea que eso aplicaria a todo tipo de entradas de dinero, ofrendas, solicitud de servicios, diezmos e incluso hasta lo depositado en las alcancías de los templos, que vaya que en México hay templos con mas de 2 o 3 alcancías. De hecho hasta se fiscalizará lo que cada día el católico de a pie deposite en las canasta de la llamada "limosna". Incluso se debe registrar el número de empleados y los sueldos de cada uno.
Esto generará más gastos a las Parroquias y una obligatoria actualización virtual. Hasta ahora el Episcopado Mexicano no se ha pronunciado al respecto pero el Sacerdote Pablo Pedrazzi responsable de las relaciones institucionales de la CEM con el gobierno ha afirmado a algunos medios que esta disposición fiscal es una enorme carga fiscal para las parroquias.
Algunas Arquidiocesis se han actualizado pero que pasa con las mas de 30 diócesis que estan en zonas rurales y de dificil acceso, como las prelaturas, y no se diga las parroquias. Y tambien otro de los problemas es que muchas diócesis en especial las parroquias reciben donativos y limosnas de manera anonima y con esto el Gobierno pretende evitar el lavado de dinero.