Diocesis de la Paz: el Seminario, un proyecto que se puede venir abajo



El Seminario de la Paz es una institución que ha sido impulsada por el actúal Obispo. Una institución que día a día va cobrando presencia, solidez e institucionalidad en esa región de la península del pacifico mexicano, pero existe un detalle, que podría echar abajo la credibilidad formativa en el corazón de la diócesis.


Se trata de una situación que ha venido a mermar la paz y la confianza en el Seminario y es que un grupo de Seminaristas encabezados por el futuro diácono Guillermo Murillo, Carlos Vázquez del Seminario de Ensenada, Antonio Mendoza, Alberto Aguilar y Manuel Caballero han formado una especie de camarilla que mantiene incomodo a mas de alguno en el Seminario, y es que se trata de algo delicado, espiando conversaciones en redes sociales tanto de seminaristas como sacerdotes formadores, todo bajo el auspicio del mismo vicerector Tomás Vega Geraldo.

La pregunta que salta al aire es ¿que ganan con hacer este tipo de cosas?, en realidad no ganan mucho, sino fastidiar y entrometerse en la vida de los demás, a los afectados no merma su caminar vocacional pero si incomoda este tipo de acciones que de hecho en México son ilegales y ademas son delito.

Otra cuestión que sale a relucir es : ¿que gana el vicerrector con solapar esto?, pues enterarse de la vida de los demás para influir y hacer de las suyas, y es que se puede esperar de un responsable del Seminario que maneja un doble discurso,tanto con el Obispo como con la comunidad, a Vega Geraldo, le interesa quedar bien con el Obispo para que lo siga ratificando como responsable de la delicada tarea de formar sacerdotes, pero Vega Geraldo es un Sacerdote que no tiene capacidad para estar en ese cargo, por esa misma razón maquilla, esconde y distorsiona el trabajo que presenta al Obispo, y es que sus antecedentes desde que era Seminarista son los mismos de ahora: falta de empeño, acomodaticio e incapacidad para dirigir una institución como lo es el Seminario. Pero si muy hábil para conocer la problemática de otras personas y utilizar las circunstancias para usarlas según su provecho.

Y es que el Vice rector por el cargo que tiene conoce muchas realidades de Seminaristas, incluso de Sacerdotes, y en parte tiene cierta responsabilidad a la hora de promover a la ordenación sacerdotal a los Seminaristas, el caso es que no ha sido equitativo en este detalle, puesto que su egocentrismo le ha ocasionado perseguir a los Seminaristas que no están de acuerdo con su forma de dirigir y solapa y protege a otros que tienen un negro historial, como el caso del Sacerdote Marcos Arturo Arreola, a quien promovió al Sacerdocio sabiendo que era un seminarista materialista, trepador, dinerero y que le costaba trabajo guardar el celibato. Arreola ahora supuestamente solicitó permiso para dejar el ministerio, pero la mayoría en la Paz sabe que fue suspendido y que ahora vive con una persona en Ciudad Insurgentes. 

Otro caso muy conocido en el Seminario es el del Seminarista Francisco Loreto Cota a quien toda la comunidad del Seminario conoce de su alcoholismo, ademas de su afán por buscar bienhechores para que lo ayuden con su problema de la pierna, pero que vive cobijado por el vice rector.


Este negrito en el arroz (el vicerrector y estos Seminaristas) podría ser el causante de que el pujante proyecto capitaneado por el Obispo se venga abajo.

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