Monseñor Martin Rábago, Arzobispo de Léon

Al hablar de Obispos mexicanos con una amplia trayectoria pastoral no podemos  dejar pasar la persona de Monseñor José Guadalupe Octavio Martin Rábago, actual Arzobispo de la diócesis mexicana de León, ubicada en el estado de Guanajuato.

Este ilustre personaje pasara a la historia del episcopologio mexicano como uno de los más grandes estrategas y conciliadores de finales del siglo XX, que la Iglesia mexicana haya tenido. Ya que pocos hombres mitrados logran  conjugar: liderazgo, diplomacia, educación, apostolicidad, y sobretodo discreción.

Guadalupe Martin Rábago, nació hace 75 años en San Miguel el Alto, Jalisco, hoy dentro de la jurisdicción  de la diócesis de San Juan de los Lagos, ingreso al Seminario de Guadalajara a la edad de 13 años, donde curso humanidades y filosofía. Gracias a su gran facilidad para el estudio, sus superiores lo enviaron a estudiar a Roma, tan solo tenía 21 años, y allá curso la teología, en la Pontificia Academia Eclesiástica, donde fue el único Seminarista latinoamericano seleccionado, dicha escuela prepara a los futuros diplomáticos del Papa. 

Después de ordenarse  volvió a Roma para continuar con su carrera eclesiástica pero debido a ciertos problemas e indicaciones con sus superiores tuvo que regresar a Guadalajara, habiendo antes cursado las licenciaturas de filosofía y teología, además del doctorado en Derecho canónico en la universidad  Gregoriana.

Ya en Guadalajara de inmediato fue enviado a trabajar como formador al Seminario, cargo que ocupo de 1964 a 1980 donde fungió como maestro, espiritual y prefecto. Siempre se distinguió de los demás formadores, dirían quienes fueron sus alumnos, algunos hoy Sacerdotes otros hoy casados, algunos dicen que tenía una manera elegante de decir las cosas, aun si estuviera molesto. Era el lado conciliador del Seminario, el lado opuesto a otro formador, llamado el Padre Juan, hoy Arzobispo de Guadalajara, quien era prepotente, gritón y desesperado. Es por eso que los alumnos lo buscaban mas, incluso  cuando dejo de ser formador del Seminario por un breve período.

Al nombrar al Padre Juan Sandoval como rector del Seminario en 1980, el primero de la nomina en salir fue el Padre José Guadalupe, por la sencilla razón de que opacaba la figura del Rector. De inmediato fue solicitado por el entonces Arzobispo de Guadalajara el Cardenal Salazar, para que  trabajara como Secretario canciller de la  curia diocesana servicio que presto  por 8 años. 

Fue en 1988 cuando el entonces rector del Seminario, el Padre Juan Sandoval, es preconizado Obispo coadjutor de Cd. Juárez cuando el Arzobispo decide nombrarlo Rector del Seminario, quien duro tan solo  casi  5 años, porque después, el mismo Arzobispo lo promovió para que fuera Obispo auxiliar de Guadalajara. Y el 5 de junio era consagrado Obispo auxiliar de Guadalajara junto con uno de sus alumnos, Javier Navarro Rodríguez, hoy Obispo de Zamora. Entre los comentarios del clero se escuchaba decir que el Arzobispo había elegido  a un Sacerdote intelectual y a otro sencillo para que lo auxiliaran en el gobierno  pastoral.

A este Obispo le toco  vivir una de las experiencias más amargas en la vida de un pastor, y creo que la más cruda que  se haya vivido  en la historia de la Iglesia en México, el asesinato de su Jefe inmediato, el Cardenal Posadas. Le tocó enfrentar todo. Un testimonio dice que  él personalmente, acompañado de un diacono y del Padre Guadalupe Miranda les toco ir por el cuerpo del Cardenal al Semefo.

Después de la tormenta, la Santa Sede decide nombrarlo  administrador diocesano de la sede vacante y  contrario a lo que muchos pensaban de que  iba ser elegido Arzobispo de Guadalajara, Prigione hace de las suyas y promueve al Obispo de ciudad Juárez como Arzobispo, el plan se logra, los días de Monseñor Rábago en Guadalajara estaban contados, por la misma razón de cuando eran formadores en el Seminario. Claro que no iba a enviarlo su nuevo jefe al momento, puesto que gozaba de más aceptación que el mismo, por eso tuvo que esperarse un tiempo, y solo espero  un año 5 meses y de inmediato llego su nombramiento, al saberse la muerte del entonces Obispo de León don Rafael García  González en 1994, unos meses después  le nombran como Obispo  de esa diócesis, en agosto de 1995.

Liderando un grupo más homogéneo y  diferente al de Sandoval es elegido  ese mismo año como vocal en el Episcopado, después como vicepresidente por dos  periodos, y finalmente elegido  como Presidente de los Obispos de México. Cargo que ocupo hasta 2007.

Este hombre tenía todas las características para ser un excelente Cardenal, pero los planes de Dios no son siempre los planes de los hombres, y a veces en el ambiente clerical se deja a Dios a un lado para  maquinar los planes de los hombres.  Como premio, es nombrado Arzobispo, algunos profanos dicen que él se confecciono dicho nombramiento, y como una petición de un Presidente del Episcopado no se le niega nada en Roma pues lo logro, sino veamos el caso también de Monseñor Carlos Aguiar, quien también se promovió como Arzobispo. Total que se elevo al rango de Arquidiócesis a León. Aunque territorialmente  hubiera problemas con la diócesis vecinas, como Querétaro.  Y  más ahora que ya cumplió los 75 años, quien ya prepara su renuncia, el tiempo dirá quien será su sucesor, a caso su ex alumno y gran amigo Miguel Romano, hoy rector del Seminario de Guadalajara, a quien el también co consagro Obispo, quien algunos decían que sería el próximo Arzobispo de Guadalajara, o acaso José Trinidad González Rodríguez, quien en algunas ocasiones se ostentaba el cargo de ser el decano de los Obispos auxiliares y quien se sentía con derecho a sucesión, en los últimos años desplazado por Miguel. 

Ahora sí empieza el reacomodo, hagan sus ternas.

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