La realidad sobre los Sacerdotes homosexuales es el talón de Aquiles de la Iglesia Católica. Según eso la formación en los seminarios tiene varias coladeras para detectar a los jóvenes y adolescentes con estas tendencias sexuales. Pero en los últimos años nos hemos dado cuenta que los Seminarios se han vuelto refugios de gays, o centros de formación gay, contrario a la formación que la iglesia dice predicar. La homosexualidad en la iglesia se encuentra en todos los niveles jerárquicos, Diáconos, Sacerdotes y Obispos. No se diga en los Seminarios.
En México esta situación no es exenta, han llegado hasta nuestras manos varios testimonios incluso con fotografías y videos de algunos sacerdotes de distintas diócesis de México, por ahora me abstengo de nombrarlas, pero no dudo que en todas las diócesis haya sacerdotes gays, que practican la homosexualidad abiertamente. Unos viviendo con sus parejas, otros asistiendo a antros, vapores y bares gays. Incluso hasta el grado más extremo el de llegar a contratar sexo con prostitutos.
Hace unos meses, el blog italiano Panorama sacudió a la Iglesia católica al anunciar un reportaje donde relata la doble vida que llevan muchos sacerdotes y seminaristas de la ciudad de Roma. El reportaje ha sido realizado por un periodista que durante 20 días, y con la ayuda de un ‘cómplice’ conocedor de de las noches homosexuales romanas, se ha dedicado a recorrer los locales gays de la capital armado con una cámara oculta. Y ha descubierto que, a pesar de que la Iglesia católica prohíbe estrictamente que los gays sexualmente activos puedan ingresar en los seminarios y en las órdenes religiosas, la realidad es otra.
Para demostrarlo, la revista cuenta el caso de tres sacerdotes. El más llamativo es tal vez el de Paul, un cura francés de 35 años. El periodista de Panorama y su cómplice lo encontraron en un conocido garito gay del barrio romano de Testaccio, bailando junto a dos jóvenes semidesnudos.
Una vez fuera del local el sacerdote invitó al cómplice del reportero a acompañarlo a su domicilio, cosa a la que éste accedió. Ya en la vivienda, el cómplice le pidió al sacerdote que se pusiera su sotana. El cura consintió y ambos mantuvieron entonces relaciones sexuales, oportunamente grabadas con la cámara oculta.
Las asociaciones homosexuales, por su parte, no se muestran sorprendidas por las revelaciones de Panorama. “Que muchos curas sean homosexuales y busquen sexo, incluso de pago, con otros hombres no es ninguna novedad”, subraya Aurelio Mancuso, ex presidente de la asociación Arcigay. “Yo mismo, hace unos 15 años, tuve una historia con un monseñor”, revelaba.
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