MISTERIOSOS CAMBIOS EN LA BASILICA DE GUADALUPE



Padre Enrique Glennie
Tal como lo confirmamos  hace unos días (chismes breves) el Cardenal Norberto Rivera ha decidido remover a Monseñor Diego Monroy de su cargo como  rector del centro Mariano más grande de toda América y uno de los 3 más grandes e  importantes del mundo. En su lugar nombro al Sacerdote Glennie Graue El argumento  es que ya tienen 10 años en el cargo, y que su servicio ha terminado, pero los que conocemos a detalle el caso  Basílica de Guadalupe  podemos darnos cuenta de que no es eso. Y  veamos por qué.


Monseñor Diego Monroy
Monseñor Diego Monroy nació hace 63 años en  Quiroga, Michoacán y por razones familiares desde niño tuvo que instalarse en el DF donde estudio, ingreso al Seminario Conciliar  a los 15 años, después de dos años de diacono fue ordenado Sacerdote  en 1973. Desde que El Cardenal Rivera asumió como responsable de  la Arquidiócesis de México este ha tenido diversos cargos de importancia, en el 2000 fue nombrado Canónigo del Cabildo Colegial de Guadalupe, ese  mismo año, el 21 de diciembre, fue nombrado Rector del Santuario de Santa María de Guadalupe y a la vez recibió el cargo de Vicario General de la Arquidiócesis. Al año siguiente  recibe el nombramiento de Protonotario Apostólico Supernumerario del Papa Juan Pablo II, cargo  por el  que se le permite  llamarle Monseñor.

Este  Sacerdote  ha sabido manejar muy bien los dineros de la Basílica de  Guadalupe, además de ser de las confianzas del Cardenal Rivera. Hay muchas cosas raras  y oscuras entorno a Diego Monroy en lo que se refiere  al Santuario Guadalupano, el es el artífice de varios negocios oscuros como la venta del copyright de la imagen guadalupana en 12.5 millones de dólares a la empresa estadunidense Viotran. Misma que fue calificada de “ilegal”, puesto que la imagen es considerada un símbolo nacional de “dominio público” –como la bandera--, por lo cual no debió venderse en exclusividad. Otro detalle es sobre sus múltiples viajes a diversas partes de México y Estados Unidos donde  se dedico a recolectar donativos para construir la Plaza Mariana. Para ello abrió cuentas bancarias ex profeso, cuyas sumas no han sido dadas a conocer. Además ha comercializado 115 mil nichos que tendrá la Plaza Mariana, que generarán ingresos por 5 mil millones de pesos aproximadamente.

Otra de las cosas raras es que Diego Monroy ha argumentado que  todas estos esfuerzos por  buscar fondos para la construcción de dicha plaza que costara 900 millones de pesos son exclusivamente para esta, pero lo curioso del dato es que dicha plaza será construida gracias al empresario Carlos Slim quien  ha dicho que  el regalara la casa, además el terreno de 30 mil metros ha sido donado por Andrés Manuel López Obrador  en el tiempo en que fue Jefe del Gobierno del Distrito Federal.

Acusaciones contra Diego Monroy

Ante tales circunstancias hubo alguien que denuncio ante el Vaticano mediante un informe detallado  y con testimonios sobre las acciones de Diego Monroy y el Cardenal Rivera, este personaje que por cierto  al parecer fue asesinado en enero de este año debido a que estaba enviando al papa Benedicto XVI información confidencial sobre los multimillonarios negocios ilícitos que tienen las autoridades de la Basílica, a la que ya convirtieron en una jugosa "empresa" alejada de sus fines pastorales. Su nombre es monseñor Jesús Guízar Villanueva, sobrino de San Rafael Guizar y primo de Marcial Maciel.

monseñor Jesús Guízar Villanueva
En sus informes al pontífice, Guízar daba cuenta del "afán desmedido por el dinero" que tiene el actual rector del santuario, monseñor Diego Monroy, quien ha logrado acumular "riquezas inexplicables", no le paga al episcopado mexicano los "ingresos económicos" que le corresponden del santuario y, para colmo, puso como tesorero de la Basílica a un amigo personal, el "laico Héctor Bustamante", con quien suele realizar viajes a distintas partes del mundo.

Guízar pedía en sus informes –enviados a través de la nunciatura apostólica en México– "no que se me crea, sino que se me oiga y que se investigue a fondo, con auditorías o con una visita canónica, pues todos estos asuntos de injusticia, corrupción y prepotencia ya están flotando en el ambiente clerical".

Aguardaba el influyente canónigo una respuesta de Benedicto XVI, quien había sido su maestro en la universidad, cuando el 20 de enero sus familiares lo encontraron golpeado e inconsciente en su cama. Fue llevado al hospital donde murió en circunstancias extrañas.

Recordando el caso Shulenburg

Santuario del Tepeyac siempre ha sido  la mina de oro del Episcopado Mexicano y de la propia Arquidiócesis primada. Recordemos el caso del Abad Guillermo Schulenburg quien duro 33 años  en ese cargo, fue un actor eclesiástico poderoso e influyente en la vida pública de México. Gracias a su estrecha relación con Emilio Azcárraga Milmo, de manera audaz y pionera logra posicionar sus misas dominicales y Mañanitas guadalupanas las madrugadas del 12 de diciembre en la televisión abierta mexicana, brincándose toda norma prohibitiva. Probablemente su mayor logro fue haber construido la nueva basílica entre 1974 y 1976, empresa millonaria que sorteó con las aportaciones empresariales y principalmente de los gobiernos de Luis Echeverría y de José López Portillo.

La ambivalencia acompañó toda la vida de Schulenburg. Hijo de inmigrante alemán, huérfano a los 12 años, vivió penurias y pobreza; lo encontramos en la década de los 60 en la plenitud de su 50 años, alardeando parentescos con la nobleza europea de Hannover. Custodio del santuario guadalupano.

Si bien convivió y se mimetizó con las clases de poder y fue capellán de poderosas familias de la elite mexicana, llegó a apoyar causas religiosas progresistas mal vistas por la alta jerarquía, como fueron sus desprendidos apoyos económicos a Cencos, al secretariado social mexicano, al Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas y a obispos como Samuel Ruiz o Sergio Méndez Arceo; incluso llegó a simpatizar y solidarizarse con sectores indígenas de Chiapas

Sus mayores escándalos no fueron el reconocimiento de algunos hijos y demandas de paternidad, sino desconocer al indio del Tepeyac. Tenemos presente el testimonio de Javier Sicilia, quien realizó la entrevista original al entonces abad Schulenburg para la revista Ixtus en su número invernal de 1995, donde distinguía, muy de paso, el símbolo religioso guadalupano y sus dudas sobre la existencia de Juan Diego, el personaje histórico. Un año después, el vaticanista Andrea Tornelli, publica en 30 Giorni los fragmentos más candentes del diálogo y, descontextualizándolos, cuestiona duramente al abad en momentos en que se desató una batalla entre éste y el nuevo arzobispo Norberto Rivera por el control y los dineros de la Basílica
Refresquemos la memoria para evocar que los Legionarios de Cristo, entonces en el cenit, habían copado y conducido la política comunicativa de Rivera Carrera. La sincronización entre Roma y México, Tornelli-televisoras mexicanas, fueron mediáticamente demoledoras; el linchamiento hacia el abad estaba consumado, su renuncia se hizo formal en septiembre de 1996. Recordemos las interrogantes de Sicilia: “¿Quién hizo llegar a Tornelli esa entrevista que nadie había atendido un año antes? ¿Cuál era el objeto si Juan Diego estaba ya beatificado? ¿Por qué buscar escandalizar la fe del pueblo? Alguien –no diré el nombre de un muy alto funcionario involucrado en el problema– me dijo: fue Norberto y algunos sectores interesados en apropiarse no sólo de la economía de la abadía –por cierto, horriblemente utilizada por Schulenburg–, sino del control de ésta y del propio capital simbólico de Juan Diego” (Proceso 1319, 11/2/02).

Meses antes de la canonización de Juan Diego y seis años después de su renuncia, el propio Tornelli publica una carta interna firmada por varios sacerdotes, entre ellos Schulenburg, dirigida a la Congregación romana de los Santos en la que pidieron sin éxito reconsiderar la santificación.

Schulenburg muere a los 93 años y probablemente se llevó a la tumba cientos de valiosos materiales sobre las apariciones que varias veces amenazó con destruir para no seguir abonando a la polémica.

Será que Norberto Rivera quiere limpiar la imagen  de Diego Monroy al saber que está metido en tantos problemas y que directa o indirectamente lo vinculan?, lo premiará con una mitra como con muchos se ha hecho? 

Creíamos que los escándalos económicos habían terminado con el caso del ex abad, pero nos damos cuenta que es la misma gata nomas revolcada.

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