La difícil labor de la Iglesia en Matamoros

Aunque el gobierno de Felipe Calderon diga que en México existe paz y seguridad, los hechos demuestran todo lo contrario. Las diócesis mexicanas  sufren de la violencia, y en algunos casos hasta de la misma delincuencia.
Uno de los lugares donde el trabajo pastoral  es más difícil realizarse es en la diócesis de Matamoros, que comprende el norte del estado de Tamaulipas en México, perteneciente a la Arquidiócesis de Monterrey, la situación en el norte de México esta mas que difícil.
Originalmente la región correspondiente a la actual diócesis pertenecía eclesiásticamente a la Diócesis de Linares (México), con los obispos radicando en Monterrey.


En agosto de 1861, mediante la bula «Ad futuram rei memoriam» el Papa Pío IX creó el Vicariato Apostólico de Tamaulipas, segregándolo de la Diócesis de Monterrey, confiándolo a Francisco de la Concepción Ramírez. El mismo Pío IX elevó en 1870 el Vicariato a la categoría de Diócesis por la bula "Apostolicam in universas" y puso como obispo a Mons. Ignacio Montes de Oca y Obregón. La sede de la Diócesis de Tamaulipas fue originalmente Ciudad Victoria, misma sede que se trasladó en 1922 a Tampico.
En 1958 la Diócesis de Tamaulipas se dividió en dos Diócesis: La de Matamoros y la de Tampico. Ese año el Papa Pío XII consignó en la bula "Haud inani" la nueva diócesis, que se extendía desde San Fernando hasta Nuevo Laredo, con su sede en Matamoros y su catedral, el templo parroquial del Refugio en Matamoros. Juan XXIII nombró como primer Obispo a Mons. Estanislao Alcaraz y Figueroa, recibiendo éste la consagración en 1959. En 1989, Nuevo Laredo se separo y se creó la Diócesis de Nuevo Laredo. Después como segundo Obispo le sucedió Sabas Magaña García originario de Morelia  y quien duro  de Obispo de Matamoros de 1968 a 1990, a su muerte fue nombrado como su sucesor Francisco Javier Chavolla Ramos, originario de Autlan y formado en el Seminario de Tijuana,  hoy Obispo de Toluca. En el 2003 tuvo que irse a Toluca y Matamoros quedo vacante, no fue hasta 2005 que el Papa Juan Pablo II nombra un nuevo Obispo, a Faustino Armendáriz Jiménez, nacido en Magdalena de Kino, Sonora y del clero de Hermosillo como  IV Obispo de Matamoros quien ha desempeñado su tan difícil cargo hasta el día de hoy en que Benedicto XVI lo nombra Obispo de Querétaro.

Su trabajo como Obispo de Matamoros no fue nada fácil, al contrario fue  demasiado  difícil, ante la  fuerte descomposición social que vive esa zona del norte de México. Por  un lado la lucha entre el Cartel de los Zetas contra el Cartel del Golfo por ganar territorio, prueba de ello el creciente numero de asesinatos y la  ola de violencia que cada día se arrecia en la zona, por el otro el gobierno débil y superado en fuerza por los criminales, no le ha quedado otra mas que de orar y acompañar a sus Sacerdotes y con ellos a sus feligreses.

Desde finales de marzo del 2010 en la Ciudad de San Fernando, Tamaulipas , se ha incrementado la violencia al grado tal, que tanto feligreses como ciudadanos no viven en paz. En la Ciudad hay dos Parroquias (San Fernando y Nuestra Señora de Guadalupe), con sus respectivas Capillas en los ejidos cercanos, atendidas por sacerdotes y catequistas, quienes aún a pesar de la difícil situación a causa de la violencia, permanecen en oración, en solidaridad y apoyando a quienes han perdido un ser querido. Muchos ciudadanos se han ido de la Ciudad y poblados, sin embargo muchos otros se quedan para aprender a vivir en este medio de incertidumbre.

Sacerdotes católicos han tenido que abandonar ciudades del sur de Tamaulipas por amenazas de la delincuencia organizada, reveló el ex obispo  de Matamoros en días pasados, también comento en  una conferencia de prensa para invitar a los tamaulipecos a las celebraciones de la Semana Santa, que dentro de estos eventos se realizará en todas las ciudades de esta entidad un viacrucis contra la violencia para pedir por la paz y para pedirle a Dios que siga mirando a Tamaulipas.
Señaló que se tiene que pedir en esta procesión del silencio para que ya se termine tanta maldad en esta entidad, pedirle a Dios que se haga justicia y que los hechos de San Fernando y de otros municipios no queden en la impunidad.

Faustino Armendáriz reconoció que la violencia es grave, al grado que ya alcanzó a la propia Iglesia, y como prueba, dijo, un padre que estaba comisionado en Méndez, Tamaulipas, tuvo que abandonar el municipio por amenazas y hostigamiento de delincuentes.

Reveló que ellos cuando viajaban a los diferentes municipios para atender asuntos de la Iglesia, lo hacen con el "Jesús en la boca", y con mucho temor ya que han sido detenidos en varias ocasiones por retenes de gente armada.

"Nos han tocado retenes de personas armadas en la carretera a San Fernando y a Miguel Alemán, pero gracias a Dios aquí seguimos, por fortuna no ha pasado nada, pero sí viajábamos con mucho miedo", apuntó el Obispo.

Aseguró que hasta hoy sólo el padre de Méndez ha tenido que abandonar el municipio, mientras que en el resto de la entidad, principalmente en San Fernando, Valle Hermoso, y la llamada "frontera chica", los padres realizan sus labores con mucho temor y bajo mucha tensión.

Estas intervenciones del Obispo  han causado molestia entre los que  han sembrado el terror en Tamaulipas y ha sido amenazado de muerte, incluso han asesinado  a 3 Sacerdotes de la diócesis,  y varios han sido amenazados, incluso levantados por los Sicarios, hace unos meses el  mismo Obispo fue detenido por un comando armado, quien le quito su teléfono pero le amenazaron que de seguir  hablando  en contra de la violencia su vida correría peligro.

El caso que este Obispo (ejemplo a seguir) que enfrento en su diócesis la violencia que sacude a la mayor parte de México de una manera  orante, hoy es removido a otra diócesis, a Querétaro,  será que ha sido removido ante las fuertes amenazas que ha recibido por parte de los delincuentes que mantienen asolada a casi todo el territorio mexicano, y ante la imposibilidad de las autoridades por  defender a la población civil, la presencia de un gobierno débil alcanzado internamente por los  tentáculos del narcotráfico y ante la evidencia cada día mas de que México es ya un estado fallido.

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