El Seminario nacional de vocaciones adultas en México, en serios y graves problemas

Vista del Seminario y su Rector

Rumores van rumores vienen, pero el caso ya se  salió de control y aunque el asunto es delicado  los involucrados quieren manejarlo con discresión. Pero desde que  inicio el problema, los  responsables de este Seminario nacional  quieren tapar el sol con un dedo.

El Seminario  de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe mejor conocido como la Obra nacional de vocaciones adultas fue  fundado en 1981, acaba de cumplir 30 años,  durante este tiempo ha dado abundantes sacerdotes para las Diócesis más necesitadas de México,  en concreto 200 sacerdotes en 40 Diócesis  y un Obispo: Mons. Trinidad Zapata Ortiz, obispo de San Andrés Tuxtla Veracruz, quien fuera también Rector de este Seminario.

Los Padres Agustín Desobry y su hermano Domingo Desobry, ambos de la Orden de los Padres Dominicos, fundaron el Seminario de Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, en el año de 1981 con la autorización del episcopado mexicano y bajo el cuidado Pastoral de Mons. Magín C. Torreblanca Reyes, Obispo de Texcoco en ese tiempo.

Equipo formador con el Obispo de Texcoco

El actual rector, el Padre P. Antelmo Varela Olivares sabe que la situación ya ha llegado al Nuncio Christophe Pierre, y que la desbandada d Seminaristas es inminente.

Pero ¿qué  paso en este Seminario donde todos los estudiantes son considerados vocaciones adultas, o sea que son mayores de 23 años de los cuales solo se forman 8 años para ser Sacerdotes?, pues no es nada nuevo ni nada que nos deba asustar, ya que esto sucede en muchos Seminarios de México, los formadores dejaron de formar, y contribuyeron a la deformación  de muchos de los seminaristas, lo cual desencadeno en una situación con casos sumamente delicados. Veremos qué sucederá ante este caso de un Instituto de formación que depende directamente del Episcopado Mexicano, por lo tanto, la Nunciatura Apostólica ya ha intervenido, los formadores están en el ojo del huracán y los que siempre pierden por supuesto, los Seminaristas quienes pagan los platos rotos ya empiezan a buscar diócesis donde los puedan  alojar.