La situación en el corazón de la Iglesia católica se esta volviendo caotica. Aunque el Vaticano ha querido distraer y minimizar el problema la situación es un tanto mas profunda y delicada.
Cómo hemos venido anunciando en S&P toda esta trama viene evidenciando una guerra de poderes interna, donde corre peligro la vida del mismo Benedicto XVI.
La guerra se ha iniciado en contra del mismo Cardenal Bertone, quien bajita la mano controla todo el Vaticano con la red de informantes que tiene.
El problema del Cardenal Bertone es que ha copado puestos claves y existen intereses económicos de la mafia y la masonería que esta metida hasta la sacristía y los aposentos Sacros de la Iglesia.
La avalancha creció después de arrestar a Paolo Gabriel quien es acusado de filtrar los documentos reservados. De antemano se sabe que Gabriela no actuó ni trabaja solo hay mas gente detrás de el y se cree que su detención es solo para disimular a otros hombres influyentes de la curia que están involucrados, de los cuales se habla que son mas de 10, incluidos laicos y consagrados, incluidos Cardenales que se han unido para defender al Papa y denunciar la marcha de la Iglesia.
En el caso de Gabrielle quien ha dicho que no tiene nada que ver con este escándalo y en varios diarios se ha informado lo mismo, ya que quienes lo conocen afirman que es un hombre devoto, fiel, discreto y obediente. Quien desde ahora ya empieza a colaborar con la policía. Hace un par de días se descubrieron en su casa una serie de cajas que al parecer fueron sembradas en su domicilio para sacrificarlo y cubrir a otros más influyentes.
Gabrielle ha confirmado que existe una especia de robo de documentos tipo robo hormiga ya que es la única manera de filtrar los documentos que se encuentran en oficinas ubicadas en los sótanos del Vaticano (de ahí el mote de “topos”).
Hace unas horas el Vaticano a través del portavoz Federico Lombardi negó que exista algún Cardenal involucrado en este escándalo, será?
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