EL PAPA VISITA LIBANO


Este viernes 14 de septiembre el Papa Benedicto XVI inicio su viaje 24 de su pontificado. El clima que se vive en Oriente juega un papel importante en la visita del Papa a Líbano, la cal se prolongara hasta el domingo 16.

El mundo árabe se encuentra convulsionado  y confrontado contra los Estados Unidos, debido a una película sobre el profeta Mahoma considerada blasfema por los musulmanes.  

La situación en Oriente es caótica, con una Siria que se desangra; una transición egipcia plena de tropiezos; un conflicto entre Israel y Palestina que parece no acabar nunca; el propio Líbano tambaleándose; y esos furiosos ataques a las embajadas de Libia, que le costó la vida a su embajador, y a las de Yemen y Egipto. Las protestas se han extendido también a Irán e Irak.

A pesar del riesgo que supone para Benedicto XVI y sus acompañantes el desplazarse a una zona que ‘arde’ por los diferentes conflictos mencionados, con los cristianos en el punto de mira de los musulmanes radicales, hay que destacar que el Papa se muestra tranquilo y confiado en la necesidad de realizar el viaje para “promover la reconciliación”.

Líbano es un país de poco más de cuatro millones de habitantes, donde los cristianos son el 53,18 % de la población la ley reconoce 18 confesiones religiosas: doce cristianas, cinco musulmanas y la judía. Las cristianas están divididas entre las Iglesias maronita, greco melquita católica, armenia católica, siria católica, caldea y latina. También hay greco ortodoxos, sirio ortodoxos, armenios apostólicos, asirios de Oriente, protestantes y coptos. Por su parte, los musulmanes están divididos entre chií, suní, drusos, alauitas e ismailíes

Benedicto XVI tendrá que ser muy cuidadoso sobretodo en sus discursos para que ninguna de las partes en conflicto pueda utilizar sus ocho discursos en dos días en beneficio propio. “El Papa no es un comentarista político”, advirtió Bertone en una entrevista con Le Figaro, “esperar que su exhortación apostólica sea una especie de interpretación socio-política de la primavera árabe —o un programa político específico para los cristianos— significaría malinterpretar las enseñanzas del Santo Padre”.

Lo que sí hará el Pontífice es enviar un mensaje concreto dirigido a los cristianos. Durante la audiencia general del pasado miércoles, ante 8.000 personas y hablando en francés, el Papa pidió a los cristianos que viven en esa zona de mayoría musulmana que no abandonen la tierra donde “nació, vivió, murió y resucitó Jesucristo”. Que no solo resistan, sino que además se conviertan en “constructores de paz y agentes de reconciliación”.

 Dentro de las diversas actividades del Papa en Líbano  por la tarde  del viernes en la basílica de San Pablo, en Harisa, firmo el documento final del Sínodo para Oriente Medio.

El sábado se reunirá de nuevo con el Presidente de Libano Suleiman, con las máximas autoridades del país, cuerpo diplomático y el mundo de la cultura. En esa jornada se reunirá con unos 20.000 jóvenes en la plaza del patriarcado maronita, en Bkerke.

El domingo oficiará una misa que se espera multitudinaria en el City Center Waterfront de Beirut, durante la cual entregará la exhortación postsinodal a los prelados, a la que se esperan asistan fieles de otros países.

Tal como lo ha dicho el Papa en estos momentos turbios  por los que vive Oriente  ha viajado  a ese lugar para ser un “peregrino de Paz”. Una actitud valiente  y heroica sobre todo para un Pontífice de casi 86 años que aun sigue evangelizando.

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