LOS CARDENALES, INFLUENCIA Y OBJETIVOS




Desde hacia dias, un grupo de cardenales se dedico  a cabildear entres sus homologos. Las reuniones generales y las intervenciones de cada uno sirvieron para conocer la postura de cada uno  y así utilizar el tiempo disponible para hablar con ellos. Aprovechaban  los desayunos, las comidas, las cenas en restaurantes o en reuní iones informales que ellos mismos tenían

Estos Cardenales saben que las cosas en la Iglesia no están bien. Y es  esto lo que los motivo a seguir trabajando con un bajo perfil para influir en la elección del nuevo Pontífice.

La idea era ser discretos y rápidos, puesto que no podían polarizar las reuniones generales y rápidos porque  tenían en cuenta  que el tiempo iba contra reloj, sabían que tendrían   varios opositores, sobre todo a aquellos que  no estarían de acuerdo a sus ideas innovadoras.

Este grupo homogéneo de Cardenales  se contactó vía  e mail, por teléfono y de manera personal a partir del día en que Benedicto XVI anuncio su inesperada renuncia.

Conocedores de  los escándalos en los  que se veía sumida la Santa Sede decidieron actuar. De inmediato se organizaron en equipos de 2 y de 3, que interactuaron con los demás Cardenales, en algunos casos  hasta de  uno solo abordaban.

El primer objetivo se cumplió era el dar a conocer el interés de algunos Cardenales de exigir una explicación  sobre los asuntos económicos  y sobre el esclarecimiento del Vatileaks.

El segundo objetivo    lograr entrar al Conclave sin un candidato fuerte, pero con varios bajo la manga, a quienes se protegió y no se dieron a conocer en los medios, sino entre los mismos Cardenales.

El tercer objetivo es evitar a toda costa que los Cardenales Curiales lleguen a lograr un consenso con los demás para elegir a uno de sus Candidatos. Una vez  elegido el Sumo Pontífice  proponer:

El cuarto objetivo: una reforma y una re estructuración tan anhelada de la Curia que empezó su debacle e a finales del pontificado del Papa Juan Pablo II y se afianzo durante el pontificado de Benedicto XVI.

El quinto objetivo, fortalecer la presencia de la Santa Sede en las distintas conferencias episcopales mundiales,  las relaciones con China, Rusia y Oriente, atender mas a las Iglesias de América, reforzar la evangelización de África y Europa, así como reorganizar la  diplomacia Vaticana.

Es una labor titánica pero poco a poco  si siguen con este plan  los Cardenales con el liderazgo emergente lograran  llevar a cabo  una buena transformación de la Iglesia, que en estos tiempos tanto necesita.

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