El Obispo de Apatzingan Miguel Patiño ha levantado polvo con sus recientes declaraciones. El pasado 15 de octubre lanzo un documento en el cual hablaba de la violencia que acecha al tan diezmado estado de Michoacán en México.
Monseñor Patiño denuncio la penetración del crimen organizado en altas esferas del gobierno y también afirmo que la presencia de los efectivos militares no ha sido efectiva.
Y es que desde hace meses la ola de violencia que afecta a ese estado mexicano ha ido en aumento, la ingobernabilidad, el trafico de drogas y la falta de garantías individuales ha puesto en jaque al gobierno que desde antes de la llegada del actual gobierno federal y estatal no han podido con el crimen organizado que tiene a Michoacán al borde del colapso.
El Obispo de Apatzingan quien tuvo que cerrar su Seminario por la violencia. En la misiva que lanzo desde el portal en Internet de la diócesis y fue enviada a todos los párrocos de su jurisdicción afirma: “ en los últimos días se esta obligando a lideres sociales y a las personas en general para que firmen y pidan que el Ejercito y los federales se vayan de Michoacán y a los comisariados ejidales se les ha amenazado para que vayan ante el Congreso de la Unión a hacer la misma petición”.
En ese mismo texto también añade que: “son ya seis municipios que han tomado la determinación de auto defenderse y que en ellos se expulsó a los miembros del crimen organizado, pero ahora son agredidos constantemente por el grupo delictivo autodenominado “los Caballeros templarios” quienes de unos meses a la fecha han intentado recuperar las plazas perdidas.
Patiño acusa además que “desde mayo hay presencia de fuerzas en Michoacán, pero que hasta la fecha no se ha visto “la efectiva estrategia”, porque no se ha capturado a ninguno de los capos principales del crimen organizado”.
El lamento de urgencia que el Obispo mexicano es algo que ya deberían de haber hecho otros Obispos, quienes cobardemente miden sus palabras y se quedan callados ante la ola de violencia que acecha en sus diócesis. Recordemos el caso del Obispo de Querétaro Faustino Armendáriz cuando era Obispo de Matamoros (del 2005 al 2011) quien en un par de homilías y declaraciones con la prensa denuncio la ola de violencia que acechaba el fronterizo estado de Tamaulipas, este Obispo fue presionado mediante el hostigamiento a sus Sacerdotes, después el mismo crimen organizado le advirtió que tenia que callar sino su vida corría peligro, ¿y que paso? Lo removieron a Querétaro. En su lugar pusieron a un Obispo callado a Ruy Rendón Leal, un Obispo de la gente de Monseñor Robles callado y sin presencia mediática.
Si Faustino Armendáriz hubiera salido al quite (a pesar de las amenazas) mucha gente cree que las cosas cambiarían, en un lugar donde el crimen organizado hace de las suyas.
Esperemos que no sea el caso del Obispo de Apatzingan, un hombre conocedor de la realidad de su estado, nacido en la Piedad hace 75 años, y quien tiene desde 1981 como Obispo de Apatzingan, consagrado por el nefasto Girolamo Prigione y propuesto al episcopado por el Obispo José Fernández Arteaga quien había sido trasladado de Apatzingan a Colima y se convertía Patiño en su sucesor. En estos 32 años Miguel Patiño ha conocido la realidad de su diócesis, una realidad preocupante, que como fiel Pastor le preocupan sus ovejas en este tiempo que esta viviendo un país que vive en la ingobernabilidad.
Al Obispo de Apatzingan le quedan pocos meses incluso días en su gobierno, no tardan en removerlo al haber cumplido ya la edad canónica de jubilación. Esta declaracion aumenta su inminente cambio, debido a que su vida ya corre peligro.
Hasta cuando los Obispos mexicanos se les quitara la venda y saldrán a las calles a anunciar verdaderamente el Evangelio como auténticos profetas, hasta cuando se animaran a decir la verdad sin miedo, creo que por el momento nunca, es mejor vivir en su circulo de confort.