EL SUSURRO DE LOS OBISPOS MEXICANOS SOBRE LA VIOLENCIA EN SU PAIS

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Desde hace poco más de 10 años la situación social en México es difícil. El incremento de la violencia, la corrupción en el gobierno y la pobreza han contribuido a la descomposición social que impera en ese país de Norteamérica. 

Ante los acontecimientos el máximo órgano católico en ese país: el Episcopado, que alberga a todos los Obispos católicos mexicanos ha dado de que hablar con sus intervenciones sobre la situación imperante. Los Obispos de México no han sido lo suficiente incisivos en los medios de comunicación y ante el gobierno para denunciar la cultura de la muerte que se ha ido gestando en la sociedad mexicana. Por miedo y conformismo los Pastores católicos han guardado silencio. Las pocas intervenciones de estos han sido mas en palabras y no en acciones. 

El católico de a pie, anhela ver a una Jerarquía eclesiástica mas comprometida y decidida, pero ¿Cómo se podrá hacer esto? Si el mismo Episcopado vive dividido y con una dirigencia gris y sin presencia mediática. 

Ante los acontecimientos suscitados en el estado de Michoacán, mismos que tienen los ingredientes de una posible insurgencia civil, los Obispos lanzan un comunicado, donde expresan su solidaridad con las victimas, además, en el señalan que “la gente espera una acción más eficaz del Estado contra los que provocan el caos”. 

En este comunicado los Obispos urgen que las autoridades se coordinen para resolver el problema, que al gobierno se le ha salido de control, con el fin de que pueda permanecer la paz entre la sociedad mexicana. 

Reconocen también “los grandes y valientes esfuerzos de Obispos, sacerdotes, consagrados y laicos” que han contribuido a la pacificación del lugar. 

Si alguien ha conocido en carne propia la verdadera situación de violencia que se vive en México son los Sacerdotes, quienes les ha tocado convivir con el crimen organizado en sus comunidades, muchos de ellos incluso han perdido la vida, en fuego cruzado, en secuestros o por el hecho de ser lideres espirituales. El clero de abajo, es el que ha sufrido con el Pueblo, mientras que el clero de arriba, los Obispos por cuidar su estatus frente al gobierno y su espacio de confort han guardado silencio, y solos no se atreven a cuestionar a un gobierno que no ha sabido gobernar. En que juntos con sus pastores sean verdaderos defensores de la vida y promotores de una cultura de paz, en un país que día a día esta siendo gobernado por poderes oscuros que lo llevan al debacle social.un país donde los derechos humanos son pisoteados a cada segundo. 

Esta pobre y escueta intervención de los Obispos viene a ser un simple susurro, no así una voz que clama en el desierto, un susurro más que solo se agregará a otras voces de otros sectores sociales. 

Los Obispos (en cualquier parte del mundo) tienen el poder para cambiar e influir en  el rumbo de las sociedades, de una cultura de la muerte a una cultura de la vida. Los Obispos mexicanos no están dormidos, están atarantados por su espacio de confort, tocará a los laicos mexicanos sacudirlos para que al igual que los Obispos de otras partes del mundo, sean verdaderos profetas.