Cataluña vive un momento histórico. En unos meses se sabrá si se independiza de España o seguirá siendo una provincia mas. El caso es que la Iglesia católica se ha movilizado para apoyar la separación, aunque bajita la mando, esto es una realidad. Todo mundo en España sabe que la jerarquía eclesiástica ha impulsado este movimiento.
Los obispos españoles están de visita en el Vaticano, en la Visita ad limina, y los catalanes, que son 10, han hecho y deshecho para que el Papa los reciba juntos, no individual ni por grupitos. Lo han logrado. Este viernes los recibirá después del desayuno de manera privada.
Son diez diócesis, entre ellas una sede Cardenalicia. Se hacen llamar la Conferencia Episcopal Tarraconense, y la preside Monseñor Jaume Pujol, quien actualmente es arzobispo de Tarragona.
Tres temas ponen a la región catalana en la mira del Vaticano: la independencia de Cataluña, el papel de la Iglesia catalana en este acontecimiento y la sucesión episcopal de una de las sedes mas importantes no solo de España sino de Europa, la Arquidiócesis de Barcelona, que preside Lluis Martínez Sistach.
La actitud de los Obispos catalanes no es bien vista por la mayoría del resto de los Obispos españoles, pero desde que se reunieron antes de partir a Roma, la consigna no era la visita ad limina, la cual ya estaba agendada con sus respectivos protocolos, sino conseguir una reunión con el Papa, una reunión en bloque, ellos sabían que si Francisco aceptaba esta reunión, el grupo de los diez obispos catalanes, ganaría influencia, poder y atención, sobretodo contra sus detractores, muchos de ellos Obispos.