La arquidiócesis de
Durango ubicada en el norte de México esta de fiesta. El Papa nombró al nuevo
Arzobispo en sustitución de Héctor González Martínez, quien ya cumplió los 75 años.
Se trata de monseñor José Antonio Fernández Hurtado,
hasta ayer Obispo de la diócesis de Tuxtepec en Oaxaca. Tiene 61 años y nació
en Michoacán, por azares del destino se integro al Seminario de Tula en Hidalgo
y fue ordenado Sacerdote a los 25 años en 1978, por el entonces Obispo de Tula
José Sahagún de la Parra, hoy emérito de
Ciudad Lázaro Cárdenas en Michoacán.
Es uno de los
pocos Obispos que quedan en México que fueron formados por jesuitas en
el seminario de Montezuma, en Nuevo México.
Toda su vida de Seminarista y Sacerdote se caracterizó por ser jovial, buen dirigente
entre sus compañeros, amable y líder entre los jóvenes, según versan sus
informes. Esas cualidades le valieron que el entonces Obispo le enviara a
estudiar a Roma la licenciatura de Pastoral Juvenil y Catequética.
A su regreso a México desempeño varios cargos en su
diócesis, logró ganarse la confianza del entonces Obispo de Tula, don José
Trinidad Medel, quien gobernó Tula de 1986 a 1993 quien ahora tiene 86 años y
que primero fue Obispo de Tula y luego Arzobispo de Durango, siendo hoy emérito
de dicha Arquidiócesis.
En 1994 el Vaticano nombra sucesor de Medel a monseñor
Octavio Villegas como nuevo Obispo de Tula. En ese tiempo monseñor José Antonio
Fernández era vice rector del Seminario Menor de Tula, siempre fue profesor de Pastoral en el Seminario, hasta que lo hicieron Obispo. Con el Obispo Villegas, amigo de su familia y paisano de
Monseñor Fernández le encomendó varios cargo en la Curia diocesana,
anteriormente ya había sido Canciller, encargado del Clero, con su amigo el Obispo Villegas tomó cargos de mas
relevancia en la diócesis como Vicario General, miembro del Colegio de Consultores, párroco
de Catedral y responsable de los asuntos económicos del Obispado.
La basta confianza y conocimiento que tenía de tiempo
atrás con su Obispo le valió para que
este le promoviera al episcopado en 2005 como
segundo Obispo de Tuxtepec, ubicada en el sur de México, en Oaxaca. Una
diócesis pequeña con poco más de 40
Sacerdotes y casi 30 parroquias.
Fue consagrado Obispo por dos de sus amigos Monseñor
Medel, en ese tiempo Arzobispo de
Durango y por Octavio Villegas, hoy auxiliar de Michoacán.
Quienes lo conocen sabían que su ascenso
iba a ser rápido. Se cuenta que el entonces Obispo de Durango Monseñor Medel lo
quería para sucederlo, pero era imposible en el escalafón episcopal
mexicano que un simple Sacerdote, aunque
tuviera muchas cualidades, fuera nombrado Obispo con el rango de Arzobispo, eso
solo ocurre en el Vaticano, y según eso Monseñor Medel tuvo que esperar casi 3
años para que su pupilo subiera a la carrera episcopal, ya que el cargo que Medel quería le correspondería a
otro Arzobispo quien recibiría como premio el Arzobispado de Durango por su
brillante labor de desmantelamiento en la arquidiócesis de Oaxaca en
tiempos de monseñor Carrasco y ese Arzobispo
es Héctor González, quien fue nombrado
Coadjutor en tiempos de Carrasco, allá por 1988, hoy ya emérito de Durango.
Monseñor José Antonio Fernández con su nuevo
nombramiento como Arzobispo de Durango se convierte en uno de los nuevos
liderazgos episcopales del episcopado mexicano, quien sube de una diócesis
pobre a una pujante iglesia arquidiocesana
con más de 220 Sacerdotes y mas
de 110 parroquias, sin duda un premio y un reto para este Arzobispo.
POSDATA.
Según fuentes allegadas a S&P, en la terna de sucesión de la Arquidiócesis de Durango estaba Monseñor Alba Díaz, hoy Obispo de la Paz, pero resulta que tambien supuestamente esta en la terna de Tijuana, la tan diezmada arquidiocesis fronteriza, debido a la falta de autoridad del Arzobispo Romo. Los rumores aumentan de que Díaz suba a Tijuana, aunque el no quiera, alegando que si va a Tijuana seria un tiro de gracia para su persona, debido a su estado de salud.