La Diócesis de Arundel y Brighton, ubicada en Inglaterra, enfrenta un problema - escandalo público, protagonizado por quien fuera su Obispo por 13 años.
El escandalo exploto y se salió de las manos. El caso de esta diócesis “se volvió
un escandalo mediático de proporciones impresionantes”, esas fueron las
palabras del Vicario General de la diócesis Tony Barry. El problema que dejo a
todo el clero de Inglaterra helado, fue el escandalo protagonizado por el
Obispo de esta diócesis con una mujer casada. Aunque no era ni la única ni la primera amante del
Obispo.
Se llama Kieran Thomas Konri, tiene 64 años, se ordeno para la diócesis de
Birmighan a los 25 años. Después de haber
servido en puestos claves en dicha arquidiócesis. En 2001 fue promovido por su amigo el entonces
Arzobispo de Westminster el Cardenal Murphy O’connor, quien fue su antecesor en
Arundel y Brighton.
Nadie se percato en más de 10 años de la doble vida del Obispo, considerado un buen Obispo, trabajador,
dedicado y amable. Aunque la prensa
local afirma que los mas allegados al Obispo conocían de no uno sino de varios
romances de este con mujeres. A finales
de septiembre el Obispo expuso públicamente su renuncia, aun después de haber negado tener
un romance en junio pasado cuando fue
increpado por un afectado, el ex esposo
de una de las susodichas.
El 4 de octubre pasado el Vaticano
anuncio que aceptaba la renuncia por
causas graves del Obispo, claro no se especifico, aunque ya medio Europa conocía el caso y en su lugar nombro un
administrador apostólico, nombramiento que recayó en el Arzobispo de Southwark, Monseñor Peter Smith.
Lo curioso del caso es que el Obispo no renuncia por el escandalo de haber
tenido un romance con una mujer casada
de 4 hijos, sino por haber tenido una relación
(una de tantas) con otra mujer. Y
es que el ex esposo de esta fue quien
denunció ante la prensa la situación de doble vida que vivía
el Obispo, incluso tuvo que contratar a
un investigador privado.
Aquí el problema que ha sido atajado
por la jerarquía eclesiástica con mucho
cuidado y prudencia no es el que el Obispo
haya tenido romances, sino que
este haya sido promovido a Obispo
sabiendo que algunos de los romances del Obispo eran desde que era Sacerdote, o
sea antes de haber sido nombrado Obispo,
y es una prueba mas de que entre la jerarquía eclesiástica se
cuidan las espaldas, por que de no haber
sido por el valiente ex esposo y por la prensa, el Obispo podría haber seguido escalando en los puestos
eclesiásticos, como muchos que hay por
aquí y por allá.