España: El Arzobispo de Madrid visita el Gallinero


El pasado sábado se cumplió el sueño del Arzobispo de Madrid. Visitar el asentamiento irregular llamado popularmente "El Gallinero" a las afueras de Madrid. Fue una experiencia interesante, enriquecedora y llena de esperanza para los pobladores de este barrio de lamina y de cartón ubicado en la capital española.

Conocido como las Chabolas y ubicado al sureste de Madrid, a menos de dos kilómetros de la cañada real. Se encuentra una pequeña comunidad de 90 familias, donde viven 350 niños en condiciones extremas de pobreza. Las Chabolas son  lo que en otros países se conocen como asentamientos humanos, o lo que en Brasil se les llama Favelas. Chabola en el idioma euzkera significa algo similar.

En la Chabola de Madrid viven familias rumanas, pero no están solas, han sido cobijadas por el Párroco de entrevías, quien desde 2004 es el párroco de San Carlos Borromeo. Se llama Javier Baeza y fue quien recibió y acompaño al Arzobispo de Madrid a recorrer el barrio de lata, cartón y desperdicios.

El sábado 29 de noviembre el Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro tenía dos actividades importantes por la mañana, después de un desayuno  y atender a unas personas en su casa, viajaría acompañado del Cura Rojo (como se le conoce a Javier Baeza) a la periferia de la arquidiocesis de Madrid, y posteriormente se regresaría a una comida con párrocos, la cual ya estaba agendada desde antes de tomar posesión, y después asistir por la tarde a unas confirmaciones.

El Arzobispo de Madrid había pensado a su llegada a la capital española en asistir a este barrio, y busco ir el día en que el Párroco  organizaba el evento por los derechos de los niños

El trafico, la lluvia y otros detalles hicieron que el Arzobispo se retrasara, el caso es que llegaron pasando el medio día, algunos de los que acompañaban al Arzobispo pensaban que la visita iba a durar tan solo 1 hora, pero esta se prolongo  casi cuatro horas.

El Arzobispo se quedo sorprendido por las condiciones infrahumanas en las que viven estas personas de origen rumano que viven en casas de cartón, forradas de plástico, llantas y que no tienen baños o letrinas por que el gobierno no les ha  permitido construir nada.

Lejos de aspavientos mediáticos el Arzobispo de Madrid conoció la otra arquidiocesis, la que necesita no solo ayuda espiritual sino material. El Cura y los que le acompañaron quedaron satisfechos por el gesto del Arzobispo, quien convivió en medio del lodo, la pobreza y el frió con las familias rumanas  que viven en el asentamiento de El Gallinero, un lugar al que Rouco nunca visito, sino que al contrario influyo para que lo cerraran, pero no pudo gracias a la garra y valentía  del Cura Rojo. Osoro advirtió que volverá, y pronto.

Comentarios