México: El Desmantelamiento del Club de Roma


Eran Obispos  que gozaban de poder y si no imponían el poder. Fueron solapados indirectamente por el Papa Juan Pablo II a través de su Secretario de Estado Angelo Sodano, y su alfil en México, el Nuncio Jerónimo Prigione.


Se les puso el nombre de "Club de Roma" por que  eran Obispos  que tenían la facilidad de entrar a los dicasterios vaticanos, tenían carta abierta, en su mayoría fueron Obispos corruptos que proponían Obispos corruptos, poco pastores y mas políticos. Nunca tuvieron un cargo importante en el Episcopado México, pero su poder lo hacían sentir con las relaciones que tenían en Roma y en la Nunciatura.

Algunos medios les dieron el mote de los "Prigione Boys", este grupo de nefastos  obispos hizo y deshizo, nunca tuvieron un cargo en la CEM, pero hacían ver que tenían mas poder que varios Obispos juntos. El poder se los daba el Nuncio Prigione, tan oscuro y podrido como su sotana negra. El llamado Club de Roma tenía tres características: Obispos afines al Partido gobernante PRI, conocedores de la porquería política y nunca alzaron la voz, tenían carta abierta en Roma y promovieron Sacerdotes iguales o peores que ellos al episcopado. DE hecho protegieron y solaparon a Marcial Maciel. El resto de los Obispos los veían con cierta prudencia pero aun así lograron enfocarse en la formación de un grupo  que hiciera frente a los intereses de este grupúsculo, quizá fueron varios grupos de Obispos que se unieron y que fueron llamados "La Mayoría Silenciosa" quienes evitaban a toda costa que  estos tuvieran cargos de importancia en el Episcopado.

En su momento nadie pudo contra ellos, ni siquiera contra el nefasto Nuncio, no basto una carta hecha, por el entonces Arzobispo primado de México Ernesto Corripio en 1993,  para denunciar la doble vida que llevaba Prigione en México. al contrario fue alargado cuatro años mas su nombramiento.

El poder  del Club de Roma no termino con la salida de Prigione en  1997,  sino con la salida de Angelo Sodano en 2006. Fue ahí cuando sus contactos en Roma se disminuyeron pero no del todo, el poder se afianzaba mas en México. El tiempo se encargaría  de desmantelarlos y ponerlos en su lugar. Ellos fueron quienes bloquearon a muchos Obispos que hoy pudieran haber sido Cardenales como el arzobispo emérito de León Guadalupe Martín Rabago, quien solía ser mas inteligente  que todos ellos juntos. Ningún Obispo  pudo hacerles frente  y el que lo hacia para pronto lo bloqueaban. Incluso ni un Nuncio después de Prigione, ni Justo Mullor que duro casi tres años ni Leonardo Sandri que duro solo unos meses.

Hoy estos Obispos están desmantelados, Onesimo Cepeda, emérito, Emilio Berlie, emérito, Juan Sandoval, emérito,  sin poder y relegados. Queda Norberto Rivera quien ya no es bien visto en Roma, desde el pontificado de Ratzinger.

Sin duda los nuevos liderazgos, mas pastorales están emergiendo en el Episcopado Mexicano y el ex todopoderoso Club de Roma  ha sido relegado y olvidado, allá donde debería de haber estado desde hace mucho tiempo. Gracias a Dios el tiempo es sabio.


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