México: amonestación a los anestesiados Obispos Mexicanos



Nadie mejor que el Papa conoce la situación de este país norteamericano. Bergoglio conoce la realidad de la Iglesia católica mexicana y la realidad de la división  episcopal que se vive al interior del episcopado mexicano.

En su primer día de visita a México el Papa se reunió con todos los Obispos mexicanos, fue tajante, directo y claro en su discurso, pero les habló como un Padre a sus hijos, Bregoglio conociendo la realidad interna del episcopado dijo:

"Estoy contento de estar con ustedes aquí, en las cercanías del «Cerro del Tepeyac», como en los albores de la evangelización de este Continente y, por favor, les pido que me consientan que todo cuanto les diga pueda hacerlo partiendo desde la Guadalupana". 

Estas palabras  fueron preparando la amonestación Papal a los  aletargados Obispos:
Cuánto quisiera que fuese Ella misma quien les lleve, hasta lo profundo de sus almas de Pastores y, por medio de ustedes, a cada una de sus Iglesias particulares presentes en este vasto México, todo lo que fluye intensamente del corazón del Papa.
La intensión era que ellos pongan en práctica las indicaciones del Papa  en sus respectivas Iglesias particulares. Ademas enfatizó la necesidad de pastores que el mismo pueblo mexicano necesita:

Por eso, les invito a partir nuevamente de esta necesidad de regazo que promana del alma de vuestro pueblo. El regazo de la fe cristiana es capaz de reconciliar el pasado, frecuentemente marcado por la soledad, el aislamiento y la marginación, con el futuro continuamente relegado a un mañana que se escabulle.

Y es que el pueblo mexicano ha sufrido con los distintos gobiernos, el narcotráfico y la corrupción, situaciones que los Obispos han sido sordos y no han alzado la voz como se espera o como los Laicos y Sacerdotes esperan.

Les pide estar a la escucha de los feligreses, y es que  en los últimos meses muchas cartas han llegado al Vaticano por parte de los laicos de a pie quejandose de la falta de respeto por parte de varios Obispos mexicanos para con su rebaño, por eso dijo esto:


Reclínense pues, hermanos, con delicadeza y respeto, sobre el alma profunda de su gente, desciendan con atención y descifren su misterioso rostro.

Los Obispos mexicanos mas cerca de los ricos y  los poderosos  se han olvidado del sufrimiento de su pueblo, por eso Francisco  es tajante:

¿La familiaridad con el dolor y la muerte no son formas de coraje y caminos hacia la esperanza? La percepción de que el mundo sea siempre y solamente para redimir, ¿no es antídoto a la autosuficiencia prepotente de cuantos creen poder prescindir de Dios?.

 Les urgió a ser Obispos sinceros y transparentes, algo que hace falta al interior del episcopado, muchos obispos se mal acostumbraron a lidiar con el poder de los politicos haciendo acuerdos por debajo de la mesa, actuando mas como emisarios del demonio que como enviados de Dios.

Ademas Bergoglio sabe que varios de sus hermanos obispos  mexicanos se han corrompido  con la mundanidad y las relaciones con los poderosos, por eso dijo:

Sean por lo tanto Obispos de mirada limpia, de alma trasparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los «carros y caballos» de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la «columna de fuego» que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor .

Ante la ola de intrigas que los bandos tendenciosos de Obispos  se  han ido fraguando en los últimos años dijo:

No pierdan, entonces, tiempo y energías en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubs de intereses o de consorterías. No se dejen arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias. 

Bergoglio sabe que las actitudes de muchos Obispos en México deja mucho que desear, y eso se debe a la falta de oración, por eso dijo:

Si nuestra mirada no testimonia haber visto a Jesús, entonces las palabras que recordamos de Él resultan solamente figuras retóricas vacías. 

Y sobre la escasa voz de los Obispos sobre el problema del narcotráfico, al que incluso algunos se vanaglorian de ser amigos de los narcotráficantes dijo:

Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia.

Otra situación penosa que viven los mexicanos con sus pastores es la falta de compromiso por parte de ellos, el silencio molesto para los acontecimientos cruciales por los que atraviesa el país, y les vuelve a repetir que necesita que cambien de actitud principezca y de oficina, les invita a salir en busca de los necesitados:

La proporción del fenómeno, la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, como metástasis que devora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones, no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas genéricas -formas de nominalismo- sino que exigen un coraje profético y un serio y cualificado proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza. Sólo comenzando por las familias; acercándonos y abrazando a la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, la comunidades políticas, las estructuras de seguridad; sólo así se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada.

El Papa sabe que varios Obispos mexicanos se han auto promovido en años anteriores, o sea que si en la Diócesis que se les han encomendado existe un problema que ellos consideran mayor o peligroso, entonces piden su cambio o se auto promueven, por eso dijo:

No se dejen llevar por la vana búsqueda de cambiar de pueblo, como si el amor de Dios no tuviese bastante fuerza para cambiarlo.

Cuantos Obispos hablan mucho y hacen poco, se pavonean  y se sienten superiores, su aletargamiento los hace no dar respuestas eficientes a los desafíos pastorales de sus diócesis  por eso les recalco: 

Les ruego no caer en la paralización de dar viejas respuestas a las nuevas demandas. 

El Papa prosiguió:

Los invito a cansarse, a cansarse sin miedo en la tarea de evangelizar y de profundizar la fe mediante una catequesis mistagógica que sepa atesorar la religiosidad popular de su gente. Nuestro tiempo requiere atención pastoral a las personas y a los grupos, que esperan poder salir al encuentro del Cristo vivo. Solamente una valerosa conversión pastoral -y subrayo conversión pastoral- de nuestras comunidades puede buscar, generar y nutrir a los actuales discípulos de Jesús (cf. Documento de Aparecida, 226, 368, 370).

Por tanto, es necesario para nosotros, pastores, superar la tentación de la distancia -y dejo a cada uno de ustedes que haga el catálogo de las distancias que pueden existir en esta Conferencia Episcopal; no las conozco, pero superar la tentación de la distancia- y del clericalismo, de la frialdad y de la indiferencia, del comportamiento triunfal y de la autoreferencialidad. Guadalupe nos enseña que Dios es familiar, cercano, en su rostro, que la proximidad y la condescendencia, ese agacharse y acercarse, pueden más que la fuerza, que cualquier tipo de fuerza.
 
 Los Obispos mexicanos son "Huevones", y lo digo con conocimiento de causa, les falta energía, viven ensimismados, encerrados en sus palacios, rodeados de comodidados, temerosos al hablar al salir y a perder sus privilegios, por ende trabajan poco, ya se término el Obispo conocedor de la realidad de su diócesis, conocen su diócesis desde el escritorio de su oficina, o sea no conocen nada.

Algo interesante que revela la falta de caridad de algunos Obispos para con sus Sacerdotes y que el Papa conoce, puesto que infinidad de cartas de Curas llegan a diario a Roma, cartas donde los pobres sacerdotes se quejan de la falta de atención de sus obispos, cientos de ellos perseguidos injustamente, incomprendidos y menos valorados por sus Obispos.  Y es que los Sacerdotes necesitan  obispos que sean verdaderos padres y amios. Por eso dijo:

Y el primer rostro que les suplico custodien en su corazón es el de sus sacerdotes. No los dejen expuestos a la soledad y al abandono, presa de la mundanidad que devora el corazón.

Sin duda Bergoglio elogió el trabajo de la CEM en los últimos años, un trabajo positivo que han llevado a cabo los Obispos, pero es en realidad un trabajo de bajo perfil, por eso su discurso  fue en la linea motivacional para que los Obispos se pongan las pilas y actúen.

Y enfatizó:  No se necesitan «príncipes», sino una comunidad de testigos del Señor. 

Y es que el Episcopado mexicano esta lleno de Principes de morado y de purpura, que así como algunos trabajan en bien de la Iglesia otros la perjudican con su pestilente presencia. 

El texto completo de la platica con los Obispos lo puedes leer  AQUÍ.


POSDATA:
En el post anterior, tuve un error, puse que don Samuel Ruíz había sido jesuita, y no es cierto. El se formó en la diócesis de León. En los inicios de su episcopado simpatizó (al menos así se decía) con la Teología de la Liberación promovida en America Latina por la Compañía de Jesús. Fue del clero diocesano y no jesuita. Gracias a don Hector por su atinado comentario.


 



 


 




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