Argentina: dos curas de periferia los nuevos Obispos





El nombramiento se dio el 20 de noviembre  pasado. Sorprendió a propios y extraños. La Conferencia Episcopal daba a conocer los nombres de dos nuevos obispos auxiliares que el Papa había designado, uno para Buenos Aires y otro para Lomas de Zamora, una pequeña diócesis sufragánea de Buenos aires.


Se trata  del sacerdote Gustavo Oscar Carrara de 44 años,  del clero de Buenos Aires. Fue ordenado a los 25 años por el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio. 

Se desempeñaba como párroco de Santa María Madre del Pueblo y vicario episcopal para las villas de emergencia, su trabajo en los barrios más pobres hizo que se ganara la confianza de los miles de católicos de esa zona de Buenos Aires. Era el brazo derecho de Bergoglio cuando este era su arzobispo. Su cercanía con los Sacerdotes le ha sumado puntos. El perfil de Carrara es el del cura pastoralista y de gran cercanía.

El otro cura designado obispo es José Ignacio García Cuerva, tiene 49 años y es del clero de San Isidro. Es un cura preparado, cuenta con tres licenciaturas: Derecho (que interrumpió para entrar al seminario y concluyo ya siendo sacerdote),  Historia de la Iglesia y Derecho Canónico que culmino el año pasado.

Sus apostolado más relevante a parte de trabajar en las villas con los pobres es el de trabajar en la pastoral penitenciaria, apoyando espiritualmente a los presos. Su carrera de abogado le ha abierto puertas, ha sido capellán de varias cárceles en Buenos Aires, incluso  es coordinador de la pastoral carcelaria en el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

El nombramiento de estos curas sorprende a propios y extraños en Argentina, sobre todo a los cotos de poder que ya barajeaban a sus candidatos. Con esto Bergoglio manda señales, al menos de los perfiles que quiere para los nuevos Obispos

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