México: reacomodos episcopales y el cuestionante liderazgo de los Obispos



En la jerarquía eclesiástica mexicana empieza ya un nuevo ciclo. Este lunes dio inicio la Asamblea de los Obispos en su edición 106.  En dicha reunión de los 130 obispos que aglutinan el máximo órgano de la Iglesia católica en México se trataran temas como la renovación del Consejo Directivo, la cual seguirá por el próximo  trienio, también se abordaran temas de pastoral mediante el proyecto Global de Pastoral 2031-2033, el escueto plan Nacional de construcción de Paz 2018, se presentara la propuesta (que  ha sido pedida directamente de Roma) de la Comisión Nacional de protección de menores, que mas bien debería llamarse de protección de curas pederastas, porque todos los obispos, sin excepción, han protegido curas pederastas. Entre otros temas.


La pregunta es sencilla: ¿Qué han hecho los obispos?, ¿Qué han hecho por la paz de un país que en los últimos años se ha deteriorado cívica y socialmente?, ¿han defendido al rebaño que se les ha encomendado?, ¿han defendido la vida y la familia ?, en realidad para la mayoría de los sacerdotes y laicos de a pie el liderazgo de los Obispos es demasiado cuestionante.

Para los Obispos mexicanos que ganan más de 20 mil pesos  al mes, libres de todo no les preocupa, al menos eso dan a entender, la problemática de la sociedad mexicana, les preocupa más bien su estatus de poder, sus privilegios y sus contactos con el gobierno que su verdadera labor de pastores, de hecho los Obispos mexicanos solo se han caracterizado por ser mas amigos de los políticos que de sus propios sacerdotes.

La política clerical es discreta, pero no deja de estar llena de cabildeos y jaloneos internos, si antes era mediante llamadas telefónicas hoy el whatasap es un medio por el cual ellos mismos muestran sus preferencias por cierto o tal candidato, así mismo se hace sentir en el grupo que ellos tienen como obispos, donde comentan de temas de interés político clerical para ellos.

El actual Consejo de Presidencia es presidido por el Cardenal Francisco Robles Ortega, quien se ha distinguido por un liderazgo gris, con nula presencia, la vicepresidencia está a cargo del intimo amigo de Robles, el Obispo de Morelia Javier Navarro quien enfrena serios problemas de obediencia, homosexualidad y sacerdotes casados en su diócesis. De secretario general está el auxiliar de Monterrey el Obispo Alfonso Miranda, pupilo de Robles y quien espera una promoción ahora al terminar su servicio en el órgano episcopal. Como tesorero el Obispo de Cuernavaca Ramón Castro, ligado a Emilio Berlie, quien se ha manejado de manera discreta. Y como vocales están el Obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega que también ostenta una fuerte oposición de su clero, el otro vocal es el  Arzobispo de Morelia Carlos Garfias Merlos quien es visto por algunos miembros del episcopado como el relevo del Cardenal Robles al frente de la CEM.

Parece que los grupos de poder al interior de la CEM  se dividen en dos, el grupo monterrey encabezado por Robles Ortega, dicho grupo se ha ido desgastando dando paso al grupo Morelia, encabezado discretamente por el Cardenal Alberto Suarez Inda, quien ya no está en funciones pero sigue moviendo la sopa.

El grupo Monterrey tiene como sus  gallos al ahora  secretario general que es el obispo auxiliar de Monterrey Monseñor Alfonso Miranda y que se sabría que sería parte de la continuidad de Robles Ortega, Alfonso Cortes Contreras que es Arzobispo de León, quien anhelaba ser Arzobispo de Monterrey pero que fue vetado por los mismos obispos de la región pastoral por su carácter  y manera déspota de dirigirse. No se descarta el nombramiento, pero no es bien aceptado por muchos obispos.

Del lado del grupo Morelia tiene a dos influyentes Obispos, el primero es el Arzobispo de Monterrey  Rogelio Cabrera quien no ha podido gobernar como quisiera la arquidiócesis que preside, debido a la injerencia del Cardenal Robles quien aún tienen ojos y oídos en dicha arquidiócesis. Y por otro lado el diplomático y trepador arzobispo de Morelia quien sigilosamente y con un padrino poderoso se ha ido colando en las altas esferas episcopales, y es que Garfias no anhela más que el Cardenalato.

En un país con un cambio de régimen los obispos buscan preservar sus privilegios, sin preocuparse si quiera por las verdaderas necesidades de su clero, de sus fieles. Pareciera que los Obispos le han dado la espalda a la Iglesia de a pie.

En esta reunión también se hablará sobre las diócesis vacantes: Tlalnepantla que es la joya de la corona, Gómez Palacio, Puerto Escondido, Tampico y Ciudad Altamirano diócesis que esperan a un Obispo.

Los Obispos deben cambiar, deben dejar su pasividad y volverse más líderes, deberán dejar de ser obispos de aeropuerto, vividores, comodinos y serviles del gobierno (como lo fueron con los anteriores), deberán entender que son pastores y por ende dedicados a servir y no ser servidos. La Iglesia de México merece y necesita un cambio, sino estará condenada a sufrir, al menos los laicos de a pie ya están despertando.

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