La ciudad de Culiacán ubicada en el estado mexicano de Sinaloa no solo es la capital del estado sino que es la cuna del narcotrafico en México, al menos la prensa ha informado a lo largo de los años que ahí nació la venta de drogas en todo el país.
El estado de Sinaloa tiene dos circunscripciones eclesiásticas: Mazatlán al sur y Culiacan al norte, ambas se han beneficiado del dinero del narco en los últimos 60 años. La diócesis de Culiacan es la que mas se ha beneficiado con la construcción de templos, donativos a colegios católicos e incluso el mismo lujoso seminario construido en poco tiempo gracias a la intervención del ahora obispo de Mexicali quien fue el rector que promovió la construcción del mismo gracias al apoyo de sus amigos narcos.
La boda de la hija del narcotraficante preso en los Estados Unidos se dio a puerta cerrada, aun no se sabe que sacerdote celebró la misa, o si fue el mismo obispo, lo que si se sabe que el obispo Jonas permitió la boda. El evento fue a puerta cerrada.
El actual Obispo de Culiacán es Jonas Guerrero quien es del clero de Autlan pero fue promovido al episcopado como auxiliar de la Ciudad de México en tiempos del Cardenal Norberto Rivera, pero en 2011 fue nombrado titular de Culiacán, justamente cuando el Vaticano renunciaba antes de tiempo al obispo Benjamín y suspendía del oficio de obispo al auxiliar de la misma diócesis el obispo Emigdio Duarte, esto debido a una serie de escándalos que durante años se venían dando en Culiacán.
La Iglesia pregona que los sacramentos son comunitarios, incluso algunos obispos tienen prohibidos en sus diócesis los sacramentos privados, ¿de que privilegios gozan?, ¿cuanto recibió el obispo?, así la doble moral de la Iglesia católica en Culiacán.
Como miembro activo de la Iglesia me indigna si meramente se trata de interés económico, teniendo presentes a las victimas y la ola de muerte que deja la peste del narco. Mancharía la Iglesia madre de los pobres, los desconocería; no sería la Iglesia de Cristo. Sin embargo, si lo hace con la doble finalidad de solidarizarse como Iglesia de los pobres que se pone a su lado a manera de madre misericordiosa que no los abandona, y como madre que ama a todos sus hijos y les ofrece posibilidad de arrepentimiento y perdón, entonces me sumo.
ResponderEliminarDeberían de hacer un reportaje de la diócesis de Mazatlán, una iglesia particular destruida por la indiferencia y debilidad de su obispo junto con el enseñoramiento de los sacerdotes en las parroquias. Oremos para que esta situación algún día mejore.
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