Coatzacoalcos: el obispo encubre la doble vida de su clero y da respuesta tardía al caso del Sacerdote Patraca



La diócesis de Coatzacoalcos se encuentra ubicada en el estado mexicano de Veracruz, fue erigida el 14 de marzo de 1984, siendo su primer Obispo monseñor Carlos Talavera Ramírez, quien siendo obispo auxiliar de la Ciudad de México fue trasladado a Coatzacoalcos, gobernó de 1984 a 2002. Fueron 18 años de arduo trabajo pastoral, un trabajo que muchos lugareños lo catalogan como ejemplar.

En 2002 dicho Obispo presentó su renuncia al Papa y este al aceptarla nombro como su sucesor al sacerdote del clero de Veracruz Rutilo Muñoz Zamora como segundo Obispo. Según el Anuario Pontificio el numero de católicos  ha disminuido en un 4 %, en 2013 había  61 sacerdotes diocesanos y en  2016 67, ahora en 2020 según la pagina de la diócesis solo hay 55 sacerdotes.

En este 2020 se cumplen 18 años de la llegada del segundo Obispo y existen muchos cuestionamientos tanto de laicos como de sacerdotes, por la manera en que en los últimos años ha llevado Monseñor Rutilo el caminar de la diócesis. Un Sacerdote entrevistado por este blog  comentó que: "en el tiempo que lleva el Obispo al frente de la diócesis le ha dado la sabiduría necesaria para conocer de cerca a cada uno de los sacerdotes, saber sus fortalezas y sus debilidades, sino es así ¿entonces que esta haciendo aquí?". Pero parece que el Obispo se hace de la vista gorda ante la situacion descarada de no uno sino varios sacerdotes.
P. Antonio Patraca, el acusado

El problema que muchos laicos y sacerdotes ven en Coatzacoalcos es la falta de autoridad  del Obispo para con los cotos de poder, muchos ya viciados. Después de tanto tiempo sin tener control sobre los sacerdotes ha salido a la luz una serie de escándalos  por parte de sacerdotes, escándalos que el mismo Obispo Rutilo conocía y conoce, pero que no ha dado seguimiento o a intentado acallar. 

Debido a la presión de algunos laicos el Obispado rompió el silencio e informo el 24 de junio pasado que existía una acusación contra un Sacerdote, pero nunca dio a conocer el nombre. Sin embargo los afectados interpusieron una denuncia ante el ministerio publico, por lo que se abrió una carpeta de investigación con el numero 504/2020 donde se acusa al sacerdote Cruz Antonio Patraca Morales  vicario de la Parroquia Santa María Reyna del Rosario en la colonia El Tesoro.

En la pagina de la diócesis el Sacerdote Antonio Patraca figuraba en el numero 37 de la lista de sacerdotes y ya fue borrado. Ni si quiera se dieron tiempo de ordenar  los números. 



En la denuncia se afirma que el Sacerdote emborrachó y drogó al adolescente de 16 años para cometer el acto, al menos los familiares de la victima argumentaron eso a algunos medios de comunicación y ha quedado en documentos de la fiscalia local.

El modus operandi del Obispo es el mismo de todos los obispos mexicanos, primero evaden a la victima, la intentan persuadir para que no denuncie y  le afirman que ellos levantaran una denuncia ante la ley eclesiástica y listo, en algunos de los casos ofrecen dinero. Pero la víctima no  se ha dejado intimidar y no ha querido reunirse con el Obispo y con otros sacerdotes de la diócesis. 

La víctima esta siendo asesorada por la organización que apoya a victimas de abuso sexual clerical "Yo soy la  Red", que dirije Ignacio Martinez Pacheco. 

La preocupación es fuerte para algunos de  los sacerdotes de Coatzacoalcos, ya que este caso puede detonar el destape de todos los problemas de pederastia clerical, concubinato y doble vida  del clero de esta diócesis.

El principal  testigo del caso Patraca es el párroco de la comunidad Fernando Altamirano Zuñiga, puesto que feligreses afirman que conoce la debilidad del sacerdote abusador y nunca dijo nada. 

El que ha intentado atraer el caso para la defensa de la diócesis es el Vicario Judicial el Sacerdote Gustavo Macias Botello  muy conocido en los círculos de poder clericales, se conoce los negocios y  mujeres que tiene, pareciendo mas un empresario que sacerdote.

La descomposición clerical es evidente, laicos y sacerdotes lo afirman, al grado de que muchos temen por su vida. A esto surge un interrogante, ¿el Obispo estará recibiendo dinero para guardar silencio?, esta duda esta en el aire, y se cuestionan tanto laicos como sacerdotes.


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