México: el Seminario de Guadalajara, crisis moral y de autoridad (primera parte)



El Seminario de Guadalajara sigue en crisis. A ocho años del nombramiento del ahora Rector Jose Guadalupe Miranda las cosas no andan del todo bien. De ser hombre clave del Cardenal Robles en un puesto que es el de rector, pasa a ser una piedra en el zapato del mismo Cardenal.

Si bien Miranda recibió una barca semi destruida, tuvo la oportunidad para reconstruirla y llevarla lejos, pero a ocho años de su nombramiento parece que las cosas no pintan bien para uno de los seminarios que en su época de oro era el mas importante en américa latina.

Al igual que todas las casas de formación la crisis del mundo actual ha mermado en los seminarios, con el covid vino a dar un golpe duro, situación que los seminarios no estaban preparados. El Seminario de Guadalajara nunca creyó que fuera a estar en crisis, de hecho nunca se preparó para los tiempos  difíciles. 

A la llegada de un nuevo Arzobispo  en 2011 debió plantearse con ser la mejor institución pero no fue así, pareciera que al Cardenal Robles le importa poco el Seminario y en general la diócesis, su liderazgo episcopal es rancio y mediocre. De hecho muchos laicos  y sacerdotes se preguntan: ¿Guadalajara tiene Arzobispo?, al menos la Iglesia particular pide y exige un  verdadero pastor con olor a oveja. Y eso es lo que se cuestionan en el clero y entre los laicos.

                                           Cardenal Robles, desinterés y ausencia

El olor a podrido que emana del Seminario de Guadalajara ya ha llegado a mas de algún párroco, que lo único que hacen es recomendar a los buenos seminaristas que se cuiden y que aprendan a vivir en el fango entre el trigo y la cizaña sin mancharse.

Lo que hoy se comenta intra muros en el Seminario es algo delicado. Y los párrocos ya lo saben, incluso tienen nombre y apellido, formadores que han tejido una red entre los seminaristas de "preferidos" con los que han implantado un lobby ad  intra de la institución.

 La situación es delicada, y ocurre en las narices del mismo rector del Seminario. Tenía razón el ahora rector de la Univa Francisco Ramirez cuando se le propuso ser rector del Seminario y  no aceptó, dijo "no quiero que me explote la bomba".

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Muchos son los factores de la crisis que ahora vive el Seminario, si bien no es una crisis que ahora surge, sino que tiene sus antecedentes por lo menos unos veitne años atrás. El seminario de Guadalajara vive de su fama y le es mas doloroso que se hable mal de el a que se salgan diez seminaristas de golpe.

El proyecto formativo de Robles a través del  Vice Rector Miranda  ha sido un fiasco, dirigir la institución mas importante de una diócesis  no se hace desde  la bicicleta ni jugando dominó.

  Desde hace meses Robles afirmaba que el seminario estaba en crisis, pero se refería a una crisis de vocaciones, pero también existe una crisis moral y un vacío de poder. Pareciera que los formadores van dejando  pasar a los seminaristas y que después llegan al sacerdocio  cada fichita. ¿En verdad siguen los criterios de elección que la Iglesia propone?, o van pasando a sus "favoritos", a los guapos, a los de buen cuerpo, a los afeminados, a los seminaristas que tienen excelente promedio pero en el fondo llevan una doble vida. Y a los que persiguen y corren son los  mas idóneos, solo por que no van con el sistema o porque no cumplen los parámetros que por años la institución  ha impuesto. El perfil y el sacerdote que el Seminario de Guadalajara intenta formar ya esta caducado.

                                               José Sánchez, elitismo y favoritismo 

Muchas cosas que se criticaron del anterior régimen se están volviendo a repetir, ¿acaso no existen buenos sacerdotes para ser formadores del seminario?, claro, pero pasa como en todos los seminarios, no están dentro, no los toman en cuenta, los cotos de poder o lobbys se apoderan de la formación de los futuros sacerdotes.

Desde el seminario se fraguan y forman los grupos de poder, entre seminaristas y formadores, con la intención de copar posiciones cuando alguno de estos suba, esta ha sido la mentalidad que se ha reinado en el Seminario por años, y es la mentalidad en muchos seminarios de latinoamerica. El problema es que estos grupos de poder influyen en muchas decisiones de formación perjudicando muchas veces a los buenos seminaristas y a los sacerdotes que son formadores con buena y recta intensión, quienes son considerados obstáculos para sus intereses, es común ver buenos sacerdotes con intenciones buenas que son cambiados.

El Cardenal deberá poner especial atención en el Vice rector Miranda y el que dirige el Seminario Menor, Manuel García, sobre todo en la actitud del flamante y delicado doctor  José Sanchez, en los sacerdotes  formadores Juan Jose Carlo Varela, Miguel Angel Avila Ortiz, Miguel Gómez Sandoval, Eduardo Muñoz y Gabriel Muñoz, si es que quiere detener el problema que se le viene. Debe  ser astuto y prevenir una auditoria del Vaticano, por que la situación es delicada, y pudiera manchar su mediocre y opaco Cardenalato.

Urge una intervención y auditoria al Seminario. Roma ya sabe, pero se hace que no ve.




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