México: un episcopado carente de pastores con olor a oveja



La semana  pasada se llevó a cabo la reunión plenaria de los Obispos mexicanos, en su edición ciento once. Una reunión opaca  y sin expectativas, fue una reunión de elecciones, donde se renovó la mesa directiva. Y sin aspavientos los Obispos mexicanos reeligieron a Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y suspirante a Cardenal, como  su representante  por el próximo trienio.

Aparte de la renovación de la presidencia (ver) los obispos trataron diversos temas, como la evaluación de las “emergencias pastorales” del trienio 2018 – 2021, así como las prioridades del que ya inicia 2021 – 2024. Y  la preparación de  la asamblea eclesial de América Latina y el Caribe en su primera edición, que se llevara a cabo en México a finales de noviembre, además de los preparativos del Encuentro Eclesial de México que se realizará en abril de 2022.

El Episcopado Mexicano no ha sabido responder a los desafíos recientes, en primer lugar la pandemia golpeó fuertemente  a todas las diócesis mexicanas, tanto en  el aspecto económico como en lo pastoral, hasta la fecha no se han podido reponer.

Preocupaciones de los obispos que pretenden sacar adelante desde el escritorio

Para los Obispos existen  cinco temas importantes en los cuales no  han podido aterrizar, en primer lugar la polarización del país, donde los Obispos no han hecho nada, se han mantenido al margen sólo como meros espectadores, no han sabido ser un contrapeso al gobierno, sobretodo en la cuestión de la promoción de la paz, y en la interlocución con el gobierno, donde se ha visto a un episcopado muy cuidadoso en lo que hace y lo que dice. En segundo lugar el tema de los migrantes, una delicada situación en todo México, tanto en la frontera sur como en la norte. Donde algunas iniciativas de algunos sacerdotes y laicos no han sido apoyadas al cien por los mismos Obispos, aunque  exista a nivel país una comisión, falta que se involucren mas.

En tercer lugar el tema pro vida, los Obispos no han sabido, o no han querido, meterse de lleno, desde lejos y frenando a liderazgos laicales con amplio potencial, de hecho han reaccionado lenta y tardíamente a actividades en defensa de la vida. En cuarto lugar  los jóvenes, a quien según Rogelio Cabrera, deben ser considerados una emergencia para la Iglesia mexicana, puesto que son vulnerables, además de ser víctimas del narcotráfico, la trata, la prostitución, la violencia. Apenas los Obispos se están dando cuenta que los jóvenes los sienten lejanos. La Pastoral Juvenil en la mayoría de las diócesis esta caída, desorganizada y sin estructura.

Y el quinto tema importante para los obispos y que preocupa mucho es el tema de los sacerdotes, en especial de las nuevas generaciones, ya que se ha registrado un alto índice de sacerdotes que dejan el ministerio, o que restan importancia a la castidad, creando una amplia problemática en cada una de las diócesis.

Obispos de escritorio  en su espacio de confort

Los Obispos mexicanos no han entendido la dinámica pastoral del Papa Francisco, sobretodo en la cercanía a las ovejas, otros simplemente la han ignorado. En vez de ser pastores con olor a oveja, son pastores de escritorio que viven en su espacio de confort. Alejados de la realidad pastoral de sus diócesis,  de su presbiterio y de los laicos. Los Obispos ganan bien, viven bien.

Lejano está el famoso regaño que en 2016 el Papa Francisco les hizo a los obispos mexicanos, parece que cayó en saco roto. 

Al Episcopado mexicano le falta fuerza e influencia, parece más un club de señores que un grupo de influencia política y social en un país donde se necesita que el liderazgo de la Iglesia no deje desamparados a sus feligreses.

La moneda sigue en el aire ¿los obispos darán el ancho? o seguirán actuando como gerentes de una empresa, en vez de pastores con olor a oveja.

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