México: Culiacán, el fin del episcopado de Jonás Guerrero y los encubrimientos de casos de abuso clerical



 La crisis de pederastia clerical en la norteña diócesis de Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa  se ha destapado. Son los primeros casos que se han mediatizado, pero hay mas.

La bomba explota justo al final del episcopado del actual Obispo Jonás Guerrero, de 76 años, y quien esta por convertirse en Obispo emérito. Guerrero Corona es del  clero de Autlán, promovido al episcopado por el Cardenal Norberto Rivera Carrera quien lo llamo a colaborar como su Obispo auxiliar en 2001, cargo que desempeño hasta 2011, año en que fue promovido como Obispo titular de la diócesis de Culiacán.

En su historial sacerdotal Guerrero Corona tiene un largo caminar de encubrimiento clerical tanto en la diócesis de Autlán, como en la Arquidiócesis primada de México. Algunos sacerdotes y ex sacerdotes pueden dar fe de esto. Así que lo que ha pasado en Culiacán en los últimos 10 12 años no es la excepción.

A su llegada a Culiacán las cosas no marchaban bien, recibió una diócesis con serios problemas y divisiones en su presbiterio, al grado que el Vaticano tuvo que suspender al antecesor, el Obispo Benjamín Jiménez en 2011 y un año antes se había suspendido al Obispo  auxiliar Emigdio Duarte. Por situaciones delicadas, que no pocos curas de la diócesis conocen.

El cambio de estafeta episcopal en Culiacán se alentó debido a la salida del Nuncio Coppola, ya se habla en la diócesis  de la inminente salida de Jonás debido a los recientes escándalos de pederastia.

En redes sociales la denuncia se corrió como pólvora, y las acusaciones no se hicieron esperar, ante la opacidad y silencio de la  diócesis de Culiacán quien ha estado ocultando casos y solapando a los sacerdotes.

Según las denuncias  de las victimas se tratan de 5 sacerdotes: Cristian Emmanuel Romero, Oscar Daniel Ramírez, Antonio Flores, Petronilo Tolentino Núñez y José Luis Naranjo. Todos del clero diocesano de Culiacán y asesores de grupos de jóvenes y adolescentes.

Las victimas son hombres y mujeres que han sido tocados, violados y amedrentados por estos sacerdotes, algunos  comentaron a algunos sacerdotes, incluso en el obispado pero tanto el Obispo como la Curia guardaron silencio.

Esto es solo el inicio, no solo en Culiacán, sino en todas las diócesis en México. Solo falta que las víctimas se animen a hablar. Y que los católicos encaren a los Obispos, que en vez de ser pastores están fungiendo como lobos.



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