La noticia la dio el arzobispo ante todo el presbiterio el ultimo día de la asamblea diocesana. El mensaje cayo como balde de agua fría al clero de Tijuana. Y es que el Arzobispo Francisco Moreno Barron quien llego en 2016 ha mantenido la misma política proteccionista que tenia el anterior arzobispo.
Se trata del sacerdote diocesano Juan Carlos Ackerman Ayon, quien diversos testigos lo relacionan con el otrora sacerdote también suspendido de nombre Enrique Tenorio con quien mantenía relaciones homosexuales en fiestas que ellos mismos organizaban. De hecho la autoridad tiene bajo investigación desde hace años a unos jóvenes presos acusados injustamente como ladrones y participantes del secuestro express del Sacerdote Ackerman.
Las influencias de la familia Ackerman Ayon han hecho lento el caso donde se acusa de pederasta al mismo Ackerman, incluso la arquidiocesis a maquillado la información, hasta la fecha el Arzobispo no ha tenido los suficientes pantalones para enfrentar al presbiterio en los casos de abuso sexual, acoso y homosexualidad de algunos sacerdotes, entre ellos el del sacerdote Danilo Zanini quien no solo participaba en fiestas con jovencitos y menores de edad en su residencia sino que también acoso a seminaristas.
Ackerman estuvo suspendido un tiempo, argumentando enfermedad, pero quienes lo conocen en el clero saben que no, saben que estuvo bajo una investigación que al parecer le exonero, gracias al encubrimiento del actual Arzobispo de Tijuana.
El actual arzobispo de Tijuana ha preferido no tocar los temas de homosexualidad en su clero y de abuso sexual a menores, de hecho conoce cada situación que alberga a su clero. Incluso un numeroso grupo de sacerdotes conoce la realidad de sus compañeros pero por ignorancia y miedo no se han atrevido a denunciarle de frente al Arzobispo, quien sabe que si la situación se destapa podría causarle un serio problema en su carrera episcopal.
A Ackerman lo envía a la parroquia de San Francisco Javier ubicada en la colonia Benito Juarez de Tijuana, a algunos del presbiterio el nombramiento es un premio a las fechorias de Ackerman Ayón.
El Arzobispo se vuelve a convertir en complice de la red de pederastas y abusadores sexuales que aun sigue manteniendo su fuerza en el clero de Tijuana.
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