Guadalajara: remueven vicerrector del Seminario*

 

 

Catedral de Guadalajara          Foto: Mural

*Colaboración especial

Algo ocurre en el Seminario y el mismo Arzobispado de Guadalajara no tiene interés en aclarar o decir la verdad, sino como siempre maquillar y ocultar la realidad. Es un secreto a voces lo que sucede en tricentenario institución y la inminente salida del actual Vice rector deja en el aire muchas preguntas, que el Arzobispo prefiere no responder.


Lo que pasa en el corazón de la diócesis es el vivo reflejo de la crisis que vive lo que fuera en un momento de la historia la Iglesia más influyente del occidente de México, y de toda Latinoamérica, la Arquidiócesis de Guadalajara.

Señales claras

En la misa de exequias, del Sacerdote José Rosario Ramírez Mercado en el Seminario, el pasado 4 de mayo, llamó la atención el que el mismo Cardenal Robles llamara al sacerdote Juan Carlos Lupercio para platicar. Ya se escuchaban en algunos pasillos diocesanos desde hace meses de la inminente salida del vicerrector Miranda, incluso en este mismo espacio se dijo (ver aquí), para algunos esa fue una primera señal de que algo se estaba moviendo en el Seminario. Dos semanas después en las ordenaciones presbiterales el mensaje final del Cardenal Robles dejo pensativos a muchos, después de exhortar a la familia de los neo sacerdotes a cuidarlos y reprenderlos, así como seguir orando por las vocaciones sacerdotales. En ese mensaje de agradecimiento (ver aquí) incluyó al Seminario, al equipo formador, los maestros, los bienhechores, etc., al final dijo: “quiero hacer una mención muy particular, muy específica, al Padre Guadalupe Miranda, que es prácticamente el rector del seminario, él ha tenido por  nueve años en sus hombros esta responsabilidad compartida con su servidor y ha trabajado precisamente para que el seminario alcance sus metas, sus objetivos, quiero hacer público el reconocimiento de su trabajo”…., este último mensaje cimbro  tanto al presbiterio como al seminario (formadores y alumnos), fue entendido no como una mención de agradecimiento sino como un  “gracias y te vas”. Porque ya se escuchaba el cambio de vicerrector, ya que en la historia reciente del seminario nunca se había agradecido de esa manera a un vicerrector.



Además, una página de Facebook no oficial del Seminario, al parecer dirigida por seminaristas (ver aquí) hacia una publicación que contribuyó más a la ola de rumores y al morbo que se desataban dentro y fuera del seminario. Dicha página mencionaba a 4 sacerdotes, conocidos en el presbiterio como posibles candidatos a vice rectores: el actual formador del seminario el padre Ramon Salazar, y los párrocos Elías Castro, Juan Carlos Lupercio y Hugo Azuara. De hecho, nada descabellada la propuesta.

Después de las ordenaciones el rumor se fue acrecentando, era el tema  en las reuniones de curas, en mensajes en los grupos de WhatsApp y en los pasillos del seminario, la inminente destitución de Miranda. Incluso se decía que se daría a conocer  el nombramiento en la  misa del presbiterio  en el Expiatorio, con motivo de la celebración de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Llego el jueves y así fue. El Cardenal al final de la misa en el Expiatorio  decía: “Aprovechando la significativa presencia  y representación de todo el presbiterio, quiero compartirles una muy importante noticia, para la Iglesia diocesana, esta por concluir el curso académico de nuestro seminario, y con este curso que esta por concluir, concluye  su servicio como vicerrector el Padre José  Guadalupe Miranda”, ante un Presbiterio  sorprendido .

Robles y Miranda    (Foto: informarte.mx)

El cambio que se necesita

En reiteradas ocasiones se ha escrito sobre el Seminario, no hay nada que no se sepa, el lobby gay  que desde la era Romano se ha ido posicionando del Seminario, ya no entre los mismos alumnos sino también entre los formadores, la nada clara transparencia en las finanzas del seminario, el relajamiento de la autoridad, la falta de una formación exigente entre otros temas. ¿A caso el Cardenal no sabrá lo que pasa en el Seminario?, ¿O por qué desde su llegada hace 10 años no hizo lo posible por hacer una limpia al interior de este?, de antemano se sabía de los problemas económicos y malversación de fondos que el seminario enfrentaba y  solo se guardó silencio.

Es necesario que el nuevo rector revise la economía del Seminario, la disciplina en este. Tendrá que promover el cambio del responsable del Seminario Menor el Padre Jorge Manuel García y de algunos formadores, Armando González, entre otros, se tendrá que ver la salida de José Sánchez, Miguel Ávila, Miguel Gómez el ecónomo, Juan José Caro, Heriberto Alcalá. Se necesita un vicerrector de carácter, capaz de poner orden en la institución, ¿podrá el nuevo vicerrector renovar la institución?, ¿o solo se maquillara la situación?.

El vice rector  Lupercio


El nuevo  vicerrector

En el Seminario y en el Presbiterio se sabía que con el nombramiento del formador Eduardo Muñoz como Obispo traería cambios en el Seminario, incluso se creía que sería el sucesor de Miranda, pero también es conocido en el Seminario y en el presbiterio que como formador se hizo de la vista gorda a varias injusticias y problemas de la institución.

Se sabe que en las pasadas reuniones del Consejo Presbiterial  se barajeaban nombres de varios Sacerdotes pero  ninguno convencía al Cardenal.  Se corrió el rumor de que el nombramiento recaería en el actual Párroco de San Juan de Ocotán (desde 2012), Juan Carlos Lupercio, ordenado sacerdote en 2001 y decano del decanato de Zapopan. El rumor ha sido confirmado no solo por mismos formadores sino por feligreses de la parroquia que preside. Y por el mismo Cardenal.

El Padre Lupercio ya fue formador del Seminario, incluso en tiempos en que el ex Obispo Miguel Romano fue rector del seminario, este fungía como vicerrector de este, de hecho se convirtió en el brazo derecho de Romano. Entonces si el Cardenal Robles se ha dedicado en estos  casi 10 años en desmantelar todo lo que huela a Romano y a Sandoval en el Seminario y en la arquidiócesis ¿Por qué nombrar como Vicerrector a alguien afín a Romano?, ¿A caso no hay mas sacerdotes capaces de dirigir el Seminario?, ¿de plano Robles Ortega ya doblo las manos?, esas son las preguntas  que el mismo presbiterio se hace.

El Presbiterio, incomodo con el nombramiento

La mayoría de los sacerdotes del clero de la Arquidiócesis de Guadalajara no están de acuerdo con el nombramiento, al igual que no están de acuerdo con la mayoría de las decisiones que ha tomado el nada cercano (opaco y gris) Arzobispo a lo largo de 10 años que ha encabezado la arquidiócesis. Incluso se teme que el Seminario vuelva a caer en los errores que se cayeron en la era Romano. Al menos esa es la señal que manda el Cardenal con esta decisión, ¿a caso no hay sacerdotes capaces de dirigir la institución mas importante de la arquidiócesis?

En un articulo publicado en el portal Arquimedios  (ver aquí) escrito por el Sacerdote José Marcos Castellón, afirma: “en este cambio de encargado del seminario se debe evitar la tentación de romper  con la sana continuidad de los procesos formativos, como si se tratara de una nueva administración publica que borra toda huella de la anterior, pintando al color del partido en el poder sus instalaciones para remarcar la permuta , así como quitar o poner  el personal a modo”. Algo que se le olvida a Castellón es que eso es lo que ha pasado en la Iglesia arquidiocesana,  son muchos los párrocos que se llevan hasta los focos y las tazas de baño de las parroquias (cuando los cambian) donde han estado y los nuevos que llegan cambian todo, a la llegada del vicerrector Miranda, ¿qué  fue lo que paso?, hasta algunas estatuas del seminario cambiaron hasta  de lugar, todo lo que olía a Sandoval en la arquidiócesis se fue discretamente removiendo. Y no se diga a nivel Arzobispo, si hasta los Obispos auxiliares promovidos por Sandoval fueron  enviados lejos, lejos.

Y prosigue Castellón en el artículo: “así mismo  se debe evitar asumir los modelos formativos propios de los claustros monásticos, de las universidades o los institutos académicos, de casas de formación para la vida religiosa”, ¿por que dice esto?, por que Lupercio al ser afín al  ex Obispo Romano tiene como estigma la nefasta “espiritualidad” cireciana, que tanto daño hizo al Seminario y que ahora es el principal temor  del presbiterio, por eso el articulo desde  Arquimedios,  como una especie de mensaje al nuevo  vicerrector, ¿una advertencia? O mas bien una sugerencia, por que Castellón ya fue Seminario en la época de Romano.

En el mismo articulo propone “redescubrir una y otra vez la identidad propia de los seminarios diocesanos, que son evidentemente para la vida pastoral”, y es que la identidad se ha ido perdiendo en los seminarios diocesanos, no se diga en el de Guadalajara.

Javier Magdaleno Cueva, Canciller


El Canciller incomodo

Si hay algo que actualmente molesta al presbiterio es la excesiva aparición e intromisión del Canciller Javier Magdaleno, “si estas bien con el Canciller estas bien con el Cardenal, incluso si de los Obispos auxiliares se habla”, se argumenta en el clero. El Canciller lejos de ser un servicio discreto y de escritorio, responsable del archivo  y de toda la información sensible   del presbiterio es ahora una especie de poder a la sombra, de hecho se dice que fue de él la idea de los llamados  oficiales de la curia, los 7 sacerdotes que controlan el ir y venir de la curia arquidiocesana, en realidad unos buenos para nada, porque lo que antes hacia uno solo ahora lo hacen  los 7  oficiales y el Canciller, por algo en el presbiterio les dicen “blanca nieves y los siete enanos”, por cierto los oficiales no tienen muy buena fama.

Es sabido que el Canciller tiene cierto interés en el Seminario y en toda la cuestión económica de este, y en la cuestión de la diócesis. El Cardenal deberá poner atención en su flamante Canciller y en su ecónomo diocesano, el Padre Adolfo Barajas, no se diga al Vicario General con la manutención de sus hijas. Algo hay de fondo  en la cuestión de la administración y de la economía del Seminario, desde años atrás no se ha informado de manera transparente al presbiterio sobre el verdadero poder económico que tiene o tenia el seminario.

El presbiterio debe pedir cuentas de estos ilustres personajes, como es que el Canciller en sociedad con otros sacerdotes inicio el proyecto de su restaurante, como consiguió comprarle el lujoso departamento a su mamá y como está construyendo su lujosa “casa de oración”  cerca de San Cristóbal de la  Barranca, ¿si no proviene de familia adinerada de donde está sacando  dinero?, ¿o cuanto gana un Canciller con ambición de ser obispo?.

La situación del Seminario es delicada, y el Arzobispo no se le ve voluntad de querer arreglarla, Roma está enterada de lo que pasa, con lujo de detalles, pero dudamos que intervenga. Al Seminario le urge una auditoria y  una visita canónica. Si bien hace diez años  cuando Robles buscaba rector y lo dialogo con su contemporáneo el ahora rector de la UNIVA este le respondió, “con gusto te ayudaría, pero no quiero que me explote la bomba”, y la bomba no ha explotado aún.

Miranda ya se va, son sus últimos días en el Seminario, por que Lupercio ya llegó, de hecho  ya toma el control desde estos días, ya tiene la lista de los que llegan y de los que se van. Estará presente en las evaluaciones y en las reuniones de los miércoles durante todo el mes de julio.

Hay expectativa, seria interesante que se removiera a la mayoría de los formadores que tienen mas de cinco años, hay quienes tienen casi veinte, ¿cómo si la diócesis no tuviera sacerdotes capaces para formar seminaristas?, ha habido seminarios incluso en México que el Obispo ha cambiado a toda la plantilla de formadores.

A Robles le quedan por lo menos cinco años en activo, si es que no sucede otra cosa, si no lo mueven al Vaticano a un dicasterio, o si no le explota antes de tiempo la bomba de la pedofilia clerical, en cinco años Lupercio puede hacer un buen trabajo, y por que no seria una buena promoción a un obispado.

En los nombramientos de los nuevos formadores se vera  si Lupercio llamara a sacerdotes que en su tiempo fueron  ya formadores  o que comparten el cirecianismo, o le impondrán sacerdotes. En verdad tiene una responsabilidad titánica, la de componer una institución que no ha podido levantarse, en el presbiterio coinciden, urge mas disciplina y mas formación con olor a pastores.

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